Ya se habían enfrentado en diciembre, pero esa vez fue un día lluvioso, un partido feo, con tribunas desiertas y, encima, con derrota. Ahora, en cambio, ganaron los buenos y nos queremos dar un rato para contarlo.
Por la 38va fecha de la League One inglesa, Tercera División, nuestro querido AFC Wimbledon, uno de los primeros equipos británicos, allá por 2002, en ser creado y gestionado por sus hinchas, el equipo que fuimos a ver ascender a esta categoría el año pasado, derrotó 2-0 a MK Dons, su rival más odiado.
MK fue creado por la empresa que compró al original Wimbledon FC para mudar al club del sur de Londres a la localidad de Milton Keynes, en el noroeste de la capital británica. Esa decisión, motivó a los hinchas a refundar su club como AFC Wimbledon.
Pese a que ya se cruzaron varias veces, el de hace unos días fue especial porque fue era primera vez que jugaban en casa de los Wombies. Los hinchas de AFC Wimbledon nunca había tenido la oportunidad de mostrarle a los tipos que les habían robado su club todo lo que habían conseguido sin ellos.
La policía local asumió el partido como de alto riesgo. En lugar de los 20 efectivos habituales se destinaron 150. Los hinchas locales se expresaron de todas las formas posibles. La mayoría de ellas, hostiles para con los visitantes. De movida, con desprecio. El tradicional programa del partido omitió mencionar en su portada al rival. Solo en una página interior, cuando se daban las formaciones, se menciona que AFC Wimbledon enfrentaba a “Milton Keynes”. Nada de Dons, la abreviación que les expropiaron. Lo mismo en el tablero electrónico, donde apenas referían al visitante como “MK”.
Ninguno de los visitantes fue bienvenido. En especial, Pete Winkelman, presidente de MK Dons y el tipo que tomó la decisión de mudar al club a otro barrio. Pese a que le aconsejaron no ir, Winkelman estuvo en el estadio. Desde Wimbledon le ofrecieron un lugar en el palco oficial pero él lo rechazó y estuvo con los seguidores de su equipo. Los hinchas de Wimbledon aprovecharon para cantarle “solo nos costó nueve años”, que es el tiempo que tardaron en alcanzar y superar a MK en la tabla de posiciones desde que comenzaron a competir en la Décima División. Además, mostraron una bandera que simboliza a la perfección el sentimiento general: “Nosotros no compramos la historia, la hacemos”.
El partido de diciembre fue una lección aprendida. “Cuando jugamos en su cancha yo quería ganar tanto que se lo transmití a los jugadores y se apagaron. Hoy estuvimos más relajados”, afirmó su entrenador, Neal Ardley. “Cuando te hacen algo tan malo, no se olvida. No se va a ir por mucho tiempo. Los jugadores saben todo sobre este club. Y sabían lo importante que era ganar esta noche”, agregó Ardley.
AFC Wimbledon ganó 2-0 y se llevó un buen triunfo para alejarse del descenso y complicar a MK. Lo hizo con un fútbol vertical y aguerrido, fiel al estilo tradicional del club, ese que llevó a la Crazy Gang de Vinnie Jones a ganar la FA Cup en 1988. Fue una de esas noches inusuales, incluso en el fútbol, en la que los poderosos pierden. Por un momento, fue como si Wimbledon nunca hubiera dejado de ser lo que fue. Toda la gloria pareció regresar junta. Es aún mejor, porque la recuperaron sus propios hinchas. Con goles, en su casa, y en la cara del hombre que pensó que podía comprarlos.