Once pibes de diez años salen a la cancha al ritmo de Ace of spades. Lucen camisetas negras con logo y leyenda de Motörhead y ponen caras de malos, aunque no les hace falta. Porque todo ese ritual previo genera en los rivales mucho respeto. Casi temor. Después, es fútbol y los pibes a veces ganan y a veces pierden, pero con una identidad clara. Si todos tuviéramos eso…

Esto sucedió en 2006, cuando el equipo juvenil de Greenbank FC, un club amateur de la ciudad de North Hykeham, en el condado de Lincolnshire, Inglaterra, fue patrocinado por la formación liderada por Lemmy Kilmister, el genio que nos dejó hace pocas horas.

A diferencia de algunos de sus algunos de sus colegas como Steve Harris o Robert Plant, Lemmy no era un amante del fútbol. Nació en un pequeño pueblo de Stoke-on-Trent, en el centro de Inglaterra y sus deportes preferidos eran el pool y el rodeo. Sin embargo, su sensibilidad popular lo hizo muchas veces acercarse a la pelota. Una de esas ocasiones fue ésta.

El impulsor de la idea fue el manager del club, Gary Weight, quien tenía una gran relación con Lemmy y todo el grupo. Así lo recordó: “Ha sido una extraña idea que tuve una tarde, les mandé un mail y me respondieron diciendo que les parecía genial. Estaban muy entusiasmados con ello. Conozco a Lemmy desde hace muchos años, y pensé que la idea de un equipo de fútbol corriendo con el logo de Motörhead le haría ilusión, y así fue”.

La foto es hermosa. Camiseta negra, la célebre mascota Snaggletooth y el típico gesto metalero. En aquella temporada, Greenbank FC cumplió una campaña muy superior a las habituales y finalizó en el segundo lugar. ¿Habrá sido el temor que inspiraban los acordes de Motörhead? Imposible saberlo. Pero lo que sí está claro es que el fútbol también va a extrañar a Lemmy.