Aquella trajinada frase de Gary Lineker –inapelable para muchos- que asegura que “El fútbol es un juego simple en el que 22 hombres corren detrás de una pelota durante 90 minutos y, al final, los alemanes siempre ganan”, resulta, en la conciencia de cualquier ciudadano italiano informado en la historia del calcio y de la azzurra, carente de todo rigor.

Por cierto, en competiciones oficiales -Mundiales, Eurocopas- Alemania jamás pudo derrotar a Italia. Se enfrentaron 8 veces; los italianos de impusieron en cuatro (Mundiales 1970, 1982 y 2006; Eurocopa 2012), y empataron las restantes (Mundiales 1962 y 1978; Eurocopas 1988 y 1996).

No es improbable entonces, que en las cervecerías de Alemania, apesadumbrados fanáticos futboleros, cuando se acerca este cruce, repitan resignados la versión local de la frase de Lineker, algo así como “Fußball ist ein einfaches Spiel. 22 Männer 90 Minuten lang einem Ball laufen und am Ende die Italiener immer gewinnen”

saludoLo cierto es que en la curiosa y fría estadística, un partido se destaca entre todos los demás del historial. Fue el que jugaron el 17 de junio de 1970, en el entonces recién inaugurado estadio Azteca, por una de las semifinales del Mundial de México. Con el tiempo aquel encuentro fue llamado, como tantos otros, El Partido del Siglo.

El apelativo suena un poco exagerado. Recordarlo como El alargue más formidable de la historia, nos aproximaría un poco mejor a lo que realmente ocurrió. Los noventa minutos reglamentarios transcurrieron con el nervio y la incertidumbre que se debe esperar de todo partido de eliminación directa entre dos potencias del fútbol. Roberto Bonisegna puso temprano en ventaja a los italianos y la primera parte prosiguió sin alternativas muy destacables. En el segundo tiempo el dominio alemán se fue tornando abrumador, a los italianos les costaba salir de su campo. El arquero Albertosi preso de un indisimulable nerviosismo protagonizó algunos bloopers memorables. El partido se puso áspero, en una contra Franz Beckenbauer fue derribado al borde del área cuando se iba al gol y se lesionó la clavícula. Más tarde se confirmaría una fractura, pero, al estar agotados los cambios –dos en ese tiempo-, el Kaiser continuó en el campo. Con el último suspiro del partido llegó el justo empate alemán. Karl-Heinz Schnellinger, casi en las narices de Albertosi, desvió de primera un centro que cayó desde la izquierda y forzó el tiempo suplementario.

franzY fue allí que el partido se puso lindo. Beckenbauer entró a jugar el alargue con su brazo derecho vendado sobre la camiseta, inmovilizado. Enseguida, a los 4’, Gerd Müller, El Bombardero de la Nación, puso en ventaja a los alemanes. Cuatro minutos después Tarcisio Burgnich empató el partido y a un minuto del final del primer tiempo suplementario Luigi Riva, El Sonido del Trueno, marcó el 3 a 2. Cambiaron de arco y a los cinco minutos Gerd Müller, ante la desazón de los italianos, volvió a empatar el partido en tres. Sin embargo un minuto más tarde, Gianni Rivera, El Bambino de Oro, marcó el gol del triunfo.

Cinco goles en un alargue, en una semifinal de Copa del Mundo entre dos potencias, no es cosa de todos los días. No sabemos si el fútbol de antes era mejor que el de ahora, pero por si tienen ganas, a manera de aperitivo mientras esperamos el cruce de esta tarde, les dejamos el partido completo del Mundial de México 70 y si les da fiaca o sólo tienen tiempo para los goles y los highlights, un resumen de diez minutos. Vale la pena. Enjoy.

Partido completo con imperdible relato en italiano:

Resumen: