Cuentan que Daniel Bertoni se acercó a su amigo y compañero en el Mundial ’78, René Houseman, y le tiró una chicana bien futbolera: “Loco, quedate tranquilo que hoy se comen cuatro”.
Era 28 de agosto, hace un poco más de 20 años. Independiente y Huracán definían el título del Clausura de 1994. Por una de esas casualidades hermosas que tiene el deporte, el puntero y el escolta se enfrentaban en la 19ª fecha. El Globo, dirigido por Héctor Cúper -que ese día no estuvo en el banco-, tenía un punto más antes de arrancar ese partido, tomado simbólicamente como una final. El empate significaba el título para los de Parque Patricios.
Pero el Rojo de Miguel Brindisi tenía otra idea, además de un equipazo. Salió a ganar en su cancha, y lo hizo con una goleada. Fue 4-0 para darle algo de verdad al vaticinio de Bertoni.
El exceso de pegada de ese equipo se grafica en un tiro libre del primer tiempo, en el que se pararon frente a la pelota Diego Cagna, Hugo Perico Pérez y José Tiburcio Serrizuela (Daniel Garnero ni se acercó). También jugaban Gustavo López, Rambert -en su mejor momento- y Usuriaga. De la mitad para adelante, eran una maquinita: toque al pie, movilidad, velocidad, ataque al espacio, técnica. Atajaba Islas, el mejor en su puesto por escándalo en el fútbol argentino.
Huracán había cumplido con una campaña excepcional, pero en ese partido lo pasaron por arriba. Independiente, que empató ¡10 partidos! en ese torneo y solo perdió uno contra San Lorenzo, terminó festejando el campeonato con un partidazo que terminó de convencer a cualquier neutral de sus merecimientos.
Les dejamos el resumen de ese partido. Si quieren, cuenten las ocasiones de gol. Vale la pena.
Para los más ansiosos, los cuatro goles sin agregados: