George Best y Rodney Marsh -los muchachos de la foto- siempre fueron amigos. A ninguno de los dos le gustaba mucho entrenarse, pero ambos tenían un talento fenomenal. En 1976, coincidieron en un equipo: el Fulham de la Segunda División de Inglaterra. Ahí los acompañaba otra leyenda, Bobby Moore.
Best había cumplido sus mejores años en el Manchester United, y ya había pasado brevemente por el fútbol de Irlanda y por Estados Unidos. Ese año jugaron un partido mítico: el que le ganaron 4-1 al Hereford. Por favor miren las imágenes porque es un lujo absoluto. Pero presten atención especialmente a una acción, a los 7 minutos 4 segundos de video.
Al salir de una pelota peleada con un rival, Best traba con Marsh, su compañero de equipo y se la queda en su propio campo. Marsh piensa un segundo y sale corriendo a toda velocidad… ¡para trabarle de nuevo la pelota a Best! La continuidad de la jugada termina con otro tiro libre de circo. Las risas acompañan toda la escena.
Parece un partido homenaje, un partido a beneficio, un partido amistoso, un partido vaya uno a saber qué. Pero no, che. Era un partido oficial de liga.
Quizá la felicidad también sea una forma de fútbol.