Cuando en la última asamblea de la AFA se aprobó el nuevo estatuto avalado por la FIFA, el final del contrato con el estado por el Fútbol para todos, la disputa por los derechos de TV y el bendito artículo 87 se llevaron toda la atención. Nadie habló de aquello que preocupa a la gran mayoría de los hinchas argentinos: la irrupción de las Sociedades Anónimas Deportivas en nuestro fútbol. Los grandes medios no se hicieron eco de uno de los puntos más importantes del nuevo estatuto: la inhabilitación a las SADs.
Al menos por ahora, Mauricio Macri no podrá cumplir su viejo sueño ni dejar atrás la que considera como su “mayor derrota política”. El punto 2 del articulo 10 ratifica que solo las asociaciones civiles podrán ser socias de AFA, excluyendo de esa manera a las Sociedades Anónimas Deportivas. Como cuando perdió 38-1 allá por 1998, el actual presidente de la Nación tendrá que masticar el hecho de que los clubes seguirán siendo de los socios.
En el apartado de “definiciones”, el estatuto indica que un club es “una asociación civil con personería jurídica en los términos de lo dispuesto en el Código Civil y Comercial de la Nación, Libro I, Título II, Capítulo 2, Res. 7-15 de la Inspección General de Justicia que ha sido admitida por la Asamblea como miembro de la AFA o de una liga reconocida por la AFA y con al menos un equipo que participa en una competición”.
El punto 2 del artículo 10 reza: “Toda asociación civil sin fines de lucro con personería jurídica que desee convertirse en miembro de la AFA presentará una solicitud por escrito ante la secretaría general de la AFA”.
De esta manera, la lucha encabezada por la Coordinadora de Hinchas y llevada adelante en cada uno de los clubes del país logra un triunfo muy importante en un momento crucial de la historia del fútbol argentino. De todos modos, el estado de alerta debe mantenerse porque los sectores de poder intentarán continuar su cruzada y las SADs son una amenaza latente que solo los hinchas y socios pueden derrotar.