Entre finales de la década del noventa y principios de este siglo, los capitales privados hicieron su irrupción total en el fútbol sudamericano. Algunos países, como Argentina, lograron mantener a sus clubes como asociaciones civiles sin fines de lucro, mientras que otros, como Chile, cayeron en las garras de las Sociedades Anónimas Deportivas. En Uruguay la situación es intermedia. En 2001 se promulgó la ley 17.292, que permite la participación de las SADs en el fútbol profesional. Desde aquel momento, instituciones como Boston River, Sud América y Deportivo Maldonado fueron transformadas en SADs.
Aunque es cierto que todos los clubes tradicionales y la mayoría de los más importantes de Montevideo siguen y seguirán siendo manejados por sus socios, está a punto de suceder algo que puede cambiar el mapa no solo en el este del Río de la Plata, sino en toda la región. El City Football Group (CFG), consorcio dueño de Manchester City, comprará el Club Atlético Torque.
El grupo cuyo propietario es el jeque Mansour bin Zayed bin Sultan Al Nahyan pondrá un pie en Latinoamerica y eligió para eso un modesto club del barrio de Santa Catalina, en el suroeste de la capital uruguaya. Torque fue fundado como asociación civil en 2007, por iniciativa de un grupo de empresarios liderado por Raúl Aquino Reynoso. La idea era crear una institución desde cero para llevarlo a la primera división. El equipo tardó cuatro temporadas en ascender a segunda y allí se mantiene.
El CFG tiene hoy cuatro integrantes: Manchester City, New York City FC de Estados Unidos, Melbourne City de Australia y Yokohama Marinos de Japón. Si se concreta la operación, solo les faltaría sumar una franquicia en África para tener presencia en todos los continentes.
Según informaron medios ingleses, el empresario español Ferran Soriano, jefe ejecutivo del grupo, es el principal impulsor de esta compra. Además de la importancia de poner un pie en la región más futbolera del planeta, la posibilidad de encontrar jóvenes talentos es otro de los motivos de la adquisición de Torque. Manchester City sufrió para contratar a Gabriel Jesús por algunas dificultades con los agentes sudamericanos. La solución es la de cualquier gigante capitalista: comprar voluntades.
Tom Glick, el jefe comercial de CFG, afirmó: “Hay varias ligas y países que nos interesan, es algo en lo que estamos enfocados. Lo importante para nosotros es sumar los clubes correctos en las ciudades indicadas y en las ligas indicadas”.
El estadio de Torque, llamado Daniel “Pistola” Marsicano, tiene capacidad para menos de mil personas. De todos modos, lo más probable es que juegue como local en el Juan Antonio Lavalleja de la ciudad de Minas, ubicado a cien kilómetros de la capital. Esto también le sirve a la AUF, que vienen intentando impulsar al fútbol de interior.
Torque no será el último club que comprará el CFG, ya que la expansión no termina. En 2015, la compañía venció el 13 por ciento de sus acciones a un grupo de capitales chinos y uno de los objetivos es adquirir una franquicia de la Superliga de China.