En una época Olé era un diario que trataba de dejar una marca de época. Bien o mal, lo hacía. Es más, el Diario Clarín se caracterizó durante décadas, hasta que perdió el rumbo, a acompañar lo que muchos llamaban “el sentir general”.

Evidentemente las cosas cambiaron para Clarín y ni que hablar para Olé. Si uno iba al archivo, seguramente iba a encontrar reflejada en la tapa del diario la noticia de mayor impacto. La muerte, por ejemplo, de uno de los deportistas más importantes de los últimos 20 años en un accidente. Hablamos de Kobe Bryant.

Pero parece que ya no es así. Y que el ombligo está por encima del resto de las cosas. Nada peor para un periodista cuando pierde la perspectiva. Nada peor para un diario cuando la realidad le empieza a chupar un huevo y sólo se encierra en sus pequeñeces.

Nada más para agregar. Las imágenes hablan por sí solas.