Se fue la Copa América, con alguito de fútbol y bastante de polémica. Irónico que en un torneo con cuatro árbitros en la cancha y otros tantos chequeando todo por tele, estemos hablando de polémicas. Sin embargo, la ironía se aleja cuando entendemos que los futbolistas están tan preparados para jugar como para discutir fallos, pedir lo que no es y negar lo que es. Podemos poner un ejemplo muy ilustrativo. En el Argentina-Paraguay, el mismísimo Messi abandonó una jugada para reclamar una mano de un defensor paraguayo. Una mano que segundos después se confirmó que no había existido. Pero así vivimos, ya en la era del post fútbol, con 22 tipos que, ante la más mínima duda, se ponen a hacer la mímica de una pantalla. A veces, algunos reclamos causan gracia: da la sensación de que los futbolistas creen que las imágenes van a transformar la realidad…
Para que todo esto deje de suceder venimos a aportar nuestro granito de arena. Cuando nos quejamos, nos gusta proponer una solución. Y como el VAR nos parece una gran herramienta, a la que todavía le faltan litros de aceite, no nos interesa prescindir de él. Sí usarlo mejor, lograr que el juego se corte menos. Ahora da la sensación de que los jefes de los partidos son ese puñado de muchachos instalados cómodamente en una cabina. Basta de eso.
De ahora en más, las decisiones tienen que ser de los que están en la cancha. El VAR sólo podría “participar” del juego en circunstancias que no exista la interpretación. Es decir: la falta fue afuera o adentro del área, la pelota entró o no, posiciones adelantadas… Más allá de eso, el VAR se quedará calladito a la espera de algún reclamo de los protagonistas.
Desde aquí proponemos que cada equipo pueda hacer un desafío por tiempo. Por supuesto: si el que reclama acierta, podrá seguir pidiendo todas las veces que quiera. Pero si falla a la primera, hasta el segundo tiempo no tendrá oportunidad de volver a recurrir al VAR. El capitán se lo deberá pedir al árbitro o el técnico al cuarto árbitro.
Vamos con un par de ejemplos que siempre ayudan.
La ya nombrada jugada de Messi, en la que pide mano de un paraguayo. ¿Messi vio mano o sólo quiso presionar al árbitro? Si la vio, la reclamará. El árbitro chequeará que no hubo mano y Argentina se quedará sin más desafíos por ese etapa.
El penal de Lo Celso a Aranguiz. Fue muy extraño que el árbitro no viera esa patada porque estaba muy bien ubicado. Lo terminó salvando el VAR. Con este nueva propuesta, al referí lo salvaría el reclamo del chileno, que es obvio que habrá sentido el golpe. Y Chile podrá seguir pidiendo las veces que quiera.
Ahí queda nuestra humilde sugerencia que, ya sabemos, sólo será útil para la polémica en las mesas del BAR que vale la pena.