La sensación fue unánime. Por tercera Copa del Mundo, el azar le sonrió a la Selección Argentina en el sorteo de grupos. La mirada periférica indicó que ninguno de los rivales más encumbrados del bombo 2 y 3 cayeron en la zona D y esa conclusión fue inevitable en las primeras horas posteriores a la ceremonia del Kremlin de Moscú. Sin embargo, un análisis un poco más profundo permite comprender que la suerte en realidad no acarició a la Albiceleste.

Por lo que dijeron Lionel Messi, Javier Mascherano y Jorge Sampaoli apenas se consiguó la clasificación en Ecuador, el principal temor era que uno de los rivales fuera España. Por eso, cuando la Roja terminó en el grupo B junto a Portugal, muchos argentinos respiraron. Es que es muy fácil celebrar cuando se evitan duelos contra otros candidatos, aunque en realidad lo que hace a un grupo complicado no es que haya dos grandes, sino que compitan cuatro equipos con posibilidades reales de clasificar. Este es el caso de la zona D, en la que jugarán Argentina, Islandia, Croacia y Nigeria.

España contra Portugal e Inglaterra contra Bélgica. Los dos campeones del mundo que no habían sido cabezas de serie no aparecieron en el horizonte de Messi y sus amigos. Para algunos, ese simple dato convierte el sorteo en positivo. Pero no es tan así. Argentina deberá afrontar tres partidos de exigencia media, contra tres rivales muy diferentes que tienen buenas chances de avanzar a octavos de final. No debe relejarse ni un minuto si no quiere sufrir, algo que sabe hacer y muy bien.

PORTO ALEGRE, BRAZIL - JUNE 25: Lionel Messi of Argentina scores his team's second goal and his second of the game during the 2014 FIFA World Cup Brazil Group F match between Nigeria and Argentina at Estadio Beira-Rio on June 25, 2014 in Porto Alegre, Brazil. (Photo by Jeff Gross/Getty Images)

El debut será el 16 de junio en Moscú. Lo que sí se puede festejar es el itinerario de viaje. El equipo de Sampaoli jugará su primer partido en Moscú, luego irá a la cercana Nizhni Nóvgorod y cerrará la fase en San Petersburgo. Si sale primero, volverá a Nizhni. En la cancha de Spartak jugará contra Croacia, un seleccionado al que le costó más de lo normal clasificar pero que tiene uno de los mejores planteles de Europa y algo que no abunda: identidad.

Como ya se repitió hasta el cansancio, Luka Modric e Ivan Rakitic son los líderes futbolísticos, pero no son los únicos argumentos del cuadro de los balcanes. En ataque se destaca Mario Mandzukic, aunque Ivan Perisic y Nikola Kalinic complementan muy bien y en defensa Ivan Strinic y Dejan Lovren exhiben solidez. En el medio, Mateo Kovacic, Marcelo Brozovic complementan a la dupla estelar. Croacia es un equipo que no sabe esperar y que busca la iniciativa. Eso puede ser beneficioso para Argentina pero también puede generarle muchos problemas en defensa.

El segundo encuentro será contra uno de los grandes protagonistas de las Eliminatorias. Islandia es uno de los dos debutantes absolutos en Mundiales que habrá en Rusia y, aunque el dato de su escasa población (300.000 personas, menos de la mitad de los habitantes de Lomas de Zamora) llama mucho la atención, es un rival de mucho cuidado. Es un seleccionado que sabe lo que quiere, con jugadores que se conocen a la perfección y un país revolucionado que lo acompaña. Sabe defenderse y puede plantearle muchos problemas a una Argentina que sufre en el retroceso.

El equipo de Sampaoli cierra la fase de grupos ante un rival muy conocido. Nigeria disputó seis (contando Rusia 2018) Mundiales y en cinco de ellos enfrentó a Argentina. Este plantel que clasificó con enorme autoridad contra Camerún, Zambia y Argelia es muy superior al de los últimos tiempos. Así quedó demostrado en el amistoso de Krasnodar. Ese día, aunque Argentina jugó sin Messi y con varios suplentes, los africanos pusieron en problemas a la Albiceleste. Es una Selección muy rápida y agresiva, con atacantes que pueden lastimar en cualquier circunstancia.

En definitiva, Argentina tendrá un grupo difícil en el que será favorito pero con tres partidos en los que no puede relajarse ni un minuto.