Ahora resulta que para querer que un equipo argentino gane en un Mundial, todos aquellos que practiquen ese deporte deben ser buenas personas.
La agresión a los jugadores de River no reveló ninguna novedad: la sociedad argentina es peor que la selva, es un mundo miserable. Esta vez, el “espectáculo” lo dio Boca.
Juventus sorprendió a un equipo que venía abandonando su aura invencible.
Hace un año, se hablaba de la posible salida de Javier Mascherano de Barcelona. Hoy se consolidó jugando en varios puestos y es la voz de Luis Enrique dentro de la cancha.
Digámoslo de una vez: todos estamos de acuerdo con la violencia. La discusión es qué grado estamos dispuestos a tolerar. Un editorial de hace una década que sigue vigente.
Los cuestionamientos a la continuidad de Almirón en Independiente.
Apuntes sobre la estrategia que propuso Pep Guardiola para que Bayern Múnich intente controlar a Barcelona, en la ida de semifinales de la Champions League.
El titular de Boca propone “blanquear a los barras”. Se queda corto: la transparencia debe involucrar a los dirigentes y a los vínculos que unen a unos y otros.
Boca y River jugarán tres partidos en 12 días. Arrancan por el campeonato local. Los otros dos, por la Copa. Algunos sostienen que el del domingo no interesa. ¿Es tan así?
La llegada de Gabriel Milito puso en guardia a los hinchas. Sospechas de menottismo, guardiolismo y otras pestes. Por suerte para él, empezó ganando.
Un ratito de Fernando Cavenaghi, con goles y buen nivel, no alcanza para quitarle a Teofilo Gutiérrez el puesto que tiene ganado en la delantera de River, de cara a los clásicos.