Cuando se tiene el talento para cualquier arte la gran cuestión es decidir hasta dónde se quiere llegar con ese talento. Básicamente, hay que decidir el sacrificio que cada uno esté dispuesto a hacer. Alguien puede ser un gran escritor pero no tiene ganas de soportar las exigencias de las editoriales. Entonces escribirá de manera independiente y sus libros serán menos leídos. Alguien puede ser un gran tenista pero no quiere entrenarse el tiempo suficiente para estar entre los 10 mejores. Acepta que será feliz sin tanta gloria y sin tanto dinero y no hay ningún problema. Lo mismo, por supuesto, sucede con un futbolista profesional.
Hoy tenemos el caso de Ricardo Centurión. Hay dos cosas que están claras: adentro de la cancha es capaz de hacer cosas que muy pocos pueden hacer y afuera no sabe manejar el bardo. No importa si es por su culpa o por la de su entorno, pero lo cierto es que el chico, por cuestiones extra futbolísticas, es noticia una semana sí y la otra también. Un chico que, con otra cabeza o con otras compañías, podría ser una especie de Neymar. Cuenta Guardiola lo que hace antes de fichar a un jugador. “Yo ya sólo pregunto: ‘¿este jugador dribla?’. Yo quiero jugadores que driblen. Nada más, es la principal pregunta que hago. Porque lo de control y pase se puede aprender… Ahora bien, que driblen y se vayan, eso es clave”. A Centurión hay que enseñarle muchas cosas todavía, adentro y afuera de la cancha, pero no hay ninguna duda de que el tipo sabe driblar. O sea: tiene lo innato, lo que no se puede aprender.
Justamente Guardiola, o su equipo, el Manchester City acaba de fichar a Benjamin Mendy, lateral izquierdo del Monaco, por 57 millones de euros. Es decir: Mendy es hoy el defensor más caro del mundo.
¿Y qué tiene que ver Mendy con Centurión? Antes de jugar en el Monaco (que pagó por él 12 millones), Mendy jugaba en el Olympique de Marsella y allí coincidió con Marcelo Bielsa. Y al final de esta nota pueden encontrar un video en el que el entrenador argentino le habla al lateral. Pero no le habla sólo a él. Lo que dice Bielsa es una lección para cualquier futbolista que la quiera escuchar. O para cualquier talentoso en cualquier arte. El sonido ambiente, porque están en una práctica, hace difícil entender todo lo que dice Bielsa, pero después de escucharlo varias veces, dice algo más o menos así…
“Mendy sabe que va a ser un gran jugador. El ya sabe que va a ser millonario. Lo que no sabe es lo que sí sabe Morel (lateral con 10 años de experiencia del Marsella, ahora en el Lyon). Si Mendy incorpora eso va a ser uno de los mejores marcadores de punta del mundo. Pero no hay ninguna seguridad de que lo vaya a ser. ¿Creen que les estoy haciendo una broma? Si querés ser uno de los mejores marcadores de punta del mundo, hablá con Morel y hablá con Fanni (otro lateral con experiencia del club). No, vos te reís, pero yo sería el tipo más feliz del mundo si vos sos el mejor marcador de punta del mundo. Yo no soy un tarado que lo digo por demagogia. Yo sé lo que te digo. Yo tengo antecedentes para que me crean. Hace 40 años que veo jugadores”.
Hasta acá, un consejo que podría ser personal. A partir de ahora, un consejo para todos…
“Hay una sola respuesta que todo lo que yo diga lo tira por el suelo. Porque ser el mejor te quita felicidad, te quita horas con tu mujer, te quita horas con tus amigos, te quita fiestas, te quita diversión. Ustedes tienen un problema muy grande. Muy, muy grande. Tienen dinero pero no tienen tiempo para disfrutar del dinero que tienen. Lo que el dinero te da en términos de felicidad. Eso yo ya lo sé porque lo he visto infinidad de veces. Ustedes quisieran comprar el tiempo. Pagarían por poder hacer eso, como pagaría cualquier persona. Entonces, el éxito te quita la posibilidad de ser feliz. También es una elección. Que él, que tiene 20 años, lo sepa. Si vos elegís que no querés ser el mejor del mundo, ¿qué problema hay? No hay ningún problema. Hay que saberlo”.
Evidentemente, Mendy tomó la decisión de resignar horas con su familia, con su pareja, horas de fiesta y de diversión. Porque eligió ser el mejor lateral del mundo. Quizás, Centurión (con la misma edad que el francés) no está dispuesto a hacer lo mismo y él es feliz así, como un jugador con recursos para eludir pero sin hacer los sacrificios necesarios afuera de la cancha para transformarse en un futbolista de elite mundial.
Consultado Guillermo Barros Schelotto luego de alguno de los incidentes de Centurión, el técnico declaró: “El tiene que entender que es jugador de Boca las 24 horas del día”. Es evidente que el mensaje no le llegó. Tal vez porque Guillermo pensaba más en Boca que en la persona. Todo lo contrario a lo que hizo Bielsa con Mendy.