Es jueves. En Londres, la práctica del plantel profesional de Arsenal trascurre como un día más de oficina. Alex Oxlade-Chamberlain, un joven veterano de los gunners, trota junto al campo de juego con uno de los profes. Mientras corre se recrea mirando el picado que juegan algunos de sus compañeros. Los conoce a todos, está en el equipo desde 2011. Salvo a ese flaquito que pica sin parar por el lateral izquierdo. Es el primer refuerzo del club en 2017.

“Lo vi entrenando, le pregunté a alguien por él y me contaron su historia -afirmó Oxlade-Chamberlain-. Obviamente me hizo pensar. Estar donde estaba hace un par de semanas y luego estar entrenando con el primer equipo de Arsenal. ‘Debe estar en el país de los sueños’, pensaba. Le presté mucha atención y vi señales muy buenas, se nota por qué queríamos ficharlo”.

PAY-HEDSTAF-17-TS-12Antes de Navidad, Cohen Bramall (20 años) era un pibe, uno más, que trabajaba en la semana en una fábrica y que el sábado jugaba a ser futbolista. De lunes a viernes ponía los radiadores en los exclusivos Bentley que se fabrican en su Crewe natal. Al menos hasta que, poco antes de las Fiestas, decidieron despedirlo. “Cuando me lo dijeron solo pensaba en que necesitaba conseguir otro trabajo rápido, necesitaba más dinero”, recuerda.

Los sábados jugaba en el Hednesford Town, de 7ma División. A su entrenador allí le debe mucho. Por sus turnos en Bentley Motors, el DT tuvo que convencer a los directivos para que le dejaran tener un programa de entrenamiento especial. Les dijo que el pibe tenía futuro, que era una inversión, que lo venderían. Arsenal acaba de pagar 50 mil dólares por su pase.

Además, le encontró el puesto. Bramall quería ser wing izquierdo, pero su técnico lo convenció de ser lateral. Y se encargó de correr la voz de que tenía un futuro crack entre manos. “Hablé con Crewe Alexandra y les dije: ‘Tengo un chico del barrio que, con seis meses de desarrollo, será un gran jugador’. Me dijeron, ‘Ya lo tuvimos, no es para nosotros'”, cuenta su exDT.

También le consiguió pruebas en otros grandes del Ascenso inglés. “Fui a Crystal Palace por una semana y jugué un partido a puerta cerrada contra Brentford. Luego fui a una prueba en Sheffield Wednesday. Jugué contra Birmingham”, detalla Bramall. Cohen interesaba pero no se decidían a ficharlo.

Cohen-Bramall-Arsenal-577180Un miércoles, un día después de que lo echaran de la fábrica, Bramall manejaba hacia otra prueba, con Shrewsbury Town, un equipo de Tercera, mientras pensaba de dónde iba a sacar la plata que necesitaba su familia. En ese momento, lo llamó su agente y le contó que Arsenal, que lo había visto en el amistoso en Sheffield, lo quería.

“Primero pensé que era una broma, me estaba volviendo loco. Pero tan pronto como mi representante me dijo que era en serio agarré mis cosas y me fui a Londres”, dice Bramall. Esa noche durmió en la capital británica. Jueves y viernes se entrenó con los gunners. Causó una buena impresión y le ofrecieron un contrato.

Le pusieron enfrente un acuerdo de dos años con un salario de unos 15 mil dólares al mes, en Bentley ganaba dos mil. “Se me cayó la boca y miré a mi agente. Fue una respuesta bastante emocional. No podía creerlo, no podía creerlo. Solo pensé, ‘Sí’. Llamé a mi mamá y me dijo: ‘Cohen, estoy muy orgullosa’. Se puso a llorar pero era un buen llanto. Es increíble, todo es tan surreal”, afirma.

Wenger, DT de Arsenal desde que Cohen nació, hizo algo que, dicen, nunca había hecho antes. Sumó al juvenil, en su primera práctica, al plantel profesional. Bramall entendió cual era su parte: “Tenía que hacer mi trabajo, jugar al máximo. Usar mi velocidad para ir de área a área y tratar impresionar al entrenador”, explica.

El DT francés se le acercó tras la práctica y charló unos minutos con él, para asombro de Bramall. Le dijo: “Hola, un placer conocerte. Me gusta cómo juegas”. Una buena primera cita. Ante la prensa, Wenger, lo presentó como “un joven y prometedor lateral izquierdo al que le falta experiencia, pero que tiene ingredientes fantásticos. Tiene un gran velocidad, un buen pie izquierdo, un gran deseo de hacerlo bien. Es un gran proyecto”.

Southampton-v-Arsenal-Premier-League-2Por fuera de Wenger, Bramall tuvo algunos problemas para reconocer a sus compañeros. Dicen que no supo distinguir a Özil ni a Alexis Sánchez. “Le preguntamos cómo le fue contra ciertos jugadores y él no sabía al principio quiénes eran”, cuenta su agente. “Pero ayudó, en cierto modo. Significaba que no lo intimidaban. Muchos chicos jóvenes se desmoronan en ese ambiente”, agrega.

En cambio, Bramall recuerda a alguien. En Arsenal se habla de él como el nuevo Ashley Cole. Destacan su velocidad, afirman que hace 100 metros en menos de 11 segundos, su habilidad, su desborde y su capacidad para tirar buenos centros. Un talento, incluso, instintivo. Hace un tiempo tiró un centro-asistencia de rabona, todos elogiaron su maniobra pero él no entendía porqué. “Para él era un centro más que, por suerte, el delantero había cabeceado al gol”, relata su agente.

Por ahora, causó una buena impresión entre sus millonarios compañeros, que valoran su humildad y su madurez. A la vez, su presencia les recuerda de dónde vienen. “Me inspira ver a alguien que se le dio esta oportunidad y que la está aprovechando. Conversé con él y es, simplemente, un buen chico. Es alguien al que querés ayudar y querés que le vaya bien”, dijo Oxlade-Chamberlain, y todavía no tiraron ni una pared.

Cohen Bramall ahora vive en Londres, solo por primera vez. Tiene la camiseta 85 de Arsenal y ya debutó con el equipo Sub23. Si todo va bien, en un par de años podría comprarse uno de los Bentley que solía fabricar. No marearse tras semejante cambio de vida podría ser uno de sus objetivos. Pero él se muestra enfocado, dice que quiere trabajar mucho este semestre para ganarse un lugar en el plantel de Wenger en la próxima temporada. Sabe cómo. Un desborde, un centro a la vez.