Hoy es miércoles. Dicen que es un día importante porque hay partidos de la Champions League. Juega Real Madrid, por ejemplo. Para mí, lo único relevante es la eliminatoria más divertida de toda la Copa Argentina. La edición 2012-13 arrancó ayer, pero hoy hay 49 juegos: van a entrar a la cancha 98 de los 224 equipos que participan en el torneo.
El primer encuentro del día es a las 13, en General Roca, Río Negro. Juega Deportivo Roca con Independiente de Río Colorado, ambos del Argentino B. Veo en infoRioColorado.com.ar, el multimedio local, que el último censo contó 14.722 habitantes. Pienso: ¿cuántos hinchas tendrá? ¿Cuántos estarán en la cancha?
Cuando encuentro la radio local me siento identificado. Transmiten el partido y tienen tanto entusiasmo como yo. El comentarista contesta una de mis preguntas. Desde Río Colorado “viajaron un puñado, en dos o tres autos” para ver el partido. Al rato, se toma el tiempo de contarlos: “Son 12”, detalla. Me gustaría estar en esa tribuna.
El relator aporta que se juega en el estadio Luis Maiolino y que la cancha es de pasto sintético. “Independiente de Río Colorado está a punto de debutar en el mismo torneo que ganó Boca en agosto”, repite orgulloso de tanto en tanto. Me tienta otro partido: en Gualeguachú, el local Juventud Unida enfrenta a Atlético Uruguay, de Concepción. Busco el sitio oficial, juventudunida.net, y me llevo la alegría del día. Hay streaming de video para verlo en vivo. Me conecto, somos quince los que sufrimos con la intermitencia de la señal. Los equipos salen a la cancha a través de un laberinto de baños químicos. No es una metáfora.
Ahora tengo el video de un partido en Gualeguaychú y el audio de otro en General Roca. Me lo recuerda un grito de gol apagado. Deportivo puso el 1-0. Bajo ese audio y subo el de Entre Ríos. “A estos putos les tenemos que ganar”, cantan los locales. Hay cosas universales en el fútbol.
Vuelvo a Río Negro. Veo en la formación que Darío Sand, hermano del 9 de Racing y ex River como él, es el arquero de Deportivo que ahora gana 2-0. Darío no la va a tocar en todo el partido: su equipo ganará 6-0 con cuatro goles de Joaquín Cabral, el goleador de la Copa.
El fixture me regala otro misterio: a las tres arranca Boca de Río Gallegos contra Huracán GG. ¿Qué será GG? Gobernador Gregores, “localidad de la Patagonia, en el departamento de Río Chico, Santa Cruz”. Algo más de 2.500 habitantes.
Lo sigo por Radio San Diego. “Viento a favor para Huracán Gregores en este primer tiempo”, escucho. Y más: “la pelota la frenó el viento”. Para el relator, el viento parece clave. Al rato, llega el primer gol para Boca. El viento, dice, tuvo mucho que ver.
Vuelvo a Gualeguaychú. Parece que no me perdí nada. Fue 0-0 y ahora están por patear los penales en el arco de los baños químicos. Llegué justo. Gana Juventud Unida 4-1. El festejo es tibio.
Para las seis de la tarde recuerdo que tengo una vida y apago la computadora. Cuatro horas después, el silencio en mi casa ya es insoportable. Quiero escuchar el clásico de Las Parejas, entre Sportivo y La Emilia, pero no encuentro una transmisión en vivo. Tampoco en Sunchales, donde se miden Unión y Ben Hur.
Elijo entonces ir a Tucumán, están por jugar Concepción FC y Atlético Concepción. Pienso que hay clásico y lo escucho por RadioCiudad977.com.ar. El relator me aclara rápido que no es un derby. El local, los cuervos, es de Concepción; pero la visita, el León, es de Banda del Río Salí. De Concepción, sólo el nombre.
En la espera, busco variantes. Me entusiasma Monterrico San Vicente ante River de Embarcación. Wikipedia me cuenta que Monterrico es un pequeño pueblo jujeño de 8 mil habitantes. Embarcación, en cambio, es una ciudad salteña mucho más grande. El equipo lleva la banda y el escudo para alejarse de su rival, Sporting, que eligió los colores de Boca.
Sólo en FM Energy dan el partido. Empiezo un zapping furioso entre Monterrico y Concepción. En Jujuy, hay penales. “Va a patear, va a patear… el 4 de River”, dice el relator. Nada que Araujo, por ejemplo, no haya hecho nunca. “No es el 4, es el 6”, corrige el comentarista en segundo plano. El relator reconoce sus problemas para distinguir a los jugadores. Es honesto al menos, no le pedimos más. El local pierde y la voz jujeña intenta ocultar la decepción.
En Tucumán, en tanto, se juegan los últimos minutos del último partido del día. Ahora un jugador del FC se va expulsado por una agresión que nadie vio. “Ya habíamos advertido de los árbitros, de dónde son…”. No escuché de dónde eran. Unos minutos después, para peor, llega el 2-1 para Atlético. El relator no lo puede creer. Se indigna por el partido que se escapa y porque un veterano se pone a rezongar a un juvenil del club. “No tiene nada que reclamarle al pibe”, se enoja. Mientras, uno de los comentaristas habla pero no se lo escucha. “Decí lo que quieras, pero hablale al micrófono”, le recriminan. Qué clima hay en esa cabina…
Con diez jugadores, el Gusano García es el único delantero que FC Concepción tiene en la cancha. En el último minuto, el Gusano salta a cabecear en el área y la pelota pega en la mano de un defensor. La señal se corta y no queda claro cómo se da la jugada. Lo cierto es que hay penal. Va a patear el Gusano y la radio vuelve a interrumpirse. Cuando logro reengancharme, escucho un lamento: “Siempre nos pasa lo mismo”, dice el relator. Parece que el Gusano erró el penal y que ya había errado otro, sobre el final, en un partido anterior. “Lo peor es la jugada después del rebote: le quedó el arco vacío y la tiró afuera”, agrega desconsolado. Mientras tanto, el partido termina.
Son las 12 de la noche. Real Madrid ganó 2-0 en la Champions League. A quién le importa…