– ¿No es demasiado temprano para que te empieces a probar ropa mi amor?
– No te enojes Lau, pero no lo entendés. Es muy importante lo de hoy, tengo que estar a la altura en todos los niveles. La ropa es uno. Parece una boludez pero es muy importante, es la primera impresión, es como una contraseña, como que te ven y dicen “es de los nuestros”.
– Después nos dicen a las minas que le damos bola a esas cosas
– Es otro tipo de bola la que le damos nosotros, no para estar “lindos” o “coquetos” – Octavio hacía con los dedos el gesto de las comillas.
– ¿A qué hora es la conferencia de prensa?
– Laura, seis veces te lo dije, a las 19
– Pero boludo, ¡son las 10 de la mañana!
– Es en el predio de la AFA, en Ezeiza.
– Son veinte kilómetros Octavio, llegás en 20 minutos
– Sí, pero tengo que salir dos horas antes
– ¿Eh? ¿Pero vas al predio de la AFA o a tomarte un avión a Ezeiza?
– Tengo que prever todo Lau. Mirá si hay un piquete en la Ricchieri, o un accidente, o cualquier boludez y no llego. ¿Sabés lo mal que me pondría si no llego? Además cuando llegue eso va a ser un quilombo, va a estar lleno de gente, la acreditación, todo eso es fatal. Además no conozco, nunca fui, pero tengo que entrar con la suficiente convicción como para demostrar que conozco de memoria todo, el predio, el lugar de la conferencia, todo eso. Saludar por el nombre a los tipos de seguridad, a los allegados, a toda la runfla que deambula por ahí en estas ocasiones.
– Estás enfermo, boludo
– Y a los colegas que lleguen temprano… eso es muy importante. Si llego y ya hay colegas tengo que saludarlos de una manera cordial, pero medio como poniendo cierta distancia. Es difícil explicarlo.
– Explicame o te interno en un psiquiátrico Octavio
– Claro, yo soy de un medio chico, nadie sabe acá qué mierda es El Zumbido de Mendoza. Entonces si los colegas que están son de los medios grandes, TyC, Olé, Clarín, o esos medios como que te miran desde arriba, como que no te consideran parte del colectivo de periodistas deportivos.
– ¿Tan forros son?
– ¡No! No son nada forros… es como una escala, qué se yo. Si vos te cruzás en un pasillo con Lorenzetti, ¿lo saludás del mismo modo que a tus compañeros del juzgado?
– ¡No lo saludaría boludo! Además, ponele que sigo tu razonamiento, Lorenzetti efectivamente está en una jerarquía superior a nivel Poder Judicial porque es el presidente de la Corte y yo soy una empleada de un juzgado. Entonces si hay un acto institucional es lógico que él esté en el lugar reservado para las autoridades y yo en el de los empleados. Pero si me lo cruzase en un cumple, ponele, que sería algo equivalente a esta conferencia de prensa, lo saludaría y hablaría con él normalmente. No me vestiría ni diría cosas para que pensara que soy alguna cosa distinta.
– Bueno, malísimo el ejemplo, lo admito. Esto es distinto en el sentido de que es gente que está hace mucho cubriendo estos temas, se conocen entre ellos, firman en los diarios grandes, salen en la tele, en programas de radio, en fin. No son soberbios ¿eh? Pero como que están en otra escala, y eso se siente.
– Te lo hacen sentir, ya mi imagino lo imbéciles que deben ser.
– No, no pasa por ahí. Son buenos pibes, pero bueno, no lo vas a entender tampoco.
– Muy machista eso, perdóname.
– No no, es cosa de periodismo deportivo de fútbol, son una especie de códigos. Bueno, no vamos a discutir esto ahora porfa, que estoy muy nervioso.
– ¿Cómo podés estar nervioso por una conferencia de prensa?
– Ok, te lo explico para que no te enojes. En las conferencias de prensa de fútbol, de los DT, no es como en la de los políticos o economistas, o directores de cine, o un comisario de la federal en la que los periodistas van, hacen una pregunta más o menos concreta, el otro responde y pasan a la otra. Acá hay como que desarrollar un par de ejes distintos, se mezclan otras cosas. Y yo voy a preguntar. Ya me lo garantizó el jefe de prensa del Chiqui Tapia, que es amigote…
– Qué curioso un amigote que yo no sé quién es, que nunca hablaste de él, que nunca vino a casa….me imagino que amigote.
– Amigote de runflear en los tiempos muertos de la AFA y de otras cosas, buena onda. Le rompí las pelotas para que me deje entrar a la conferencia de presentación de Sampaoli, que es un acontecimiento de la concha de su madre y me dejó. Y ahora me dijo que voy a poder preguntar, estoy anotado para la pregunta 23.
– Bien seguí con la “explicación” de las preguntas- Ahora la que remarca con los dedos las comillas es Laura.
– Claro, si vos ves una conferencia de prensa de Massa ponele. Los periodistas van y le preguntan… no sé…”Massa, ¿va a ser candidato en octubre?” y Massa responde “Eso lo van a decidir los representantes del partido….la gente…nosotros no ponemos los candidatos a dedo, sino que privilegiamos la representatividad de bla bla bla” y listo, a otra pregunta, “¿Qué opina de bla bla bla?” y Massa “creo que bla bla bla”…
– ¿Y qué tiene de malo eso? Me parece algo razonable…
– ¡No tiene nada de malo! Pero esos hijos de puta la tienen muy fácil, ¿me entendés? Muy fácil. Nosotros tenemos que hacer un esfuerzo mucho mayor.
– No entiendo.
– Claro, nuestras preguntas tienen que transmitir varias cosas a la vez, en primer lugar cierta cordialidad, simpatía y empatía con la situación, en este caso una presentación del nuevo DT de la selección. Después hay que meter algunos vocablos que transmitan a todos, entrevistados y colegas, que somos del mismo grupete, ¿me entendés? Que somos periodistas deportivos y que estamos todos contentos y levemente emocionados con la nueva etapa. A la vez, antes de la pregunta hay que hacer una especie de opinión, una especie de transmitir algo que sentimos o que pensamos en relación a la pregunta. Una breve intro, con tono módicamente editorial. Que tiene que tener un desarrollo pero que tampoco tiene que ser muy larga como para que confunda al entrevistado o que mueva a muecas raras de los colegas. Tiene que ser algo que decimos y que se supone que tiene algún nivel de consenso de parte de todos, y recién ahí empieza la pregunta, que también tiene que ser abierta, que no incomode al entrevistador, que no genere en la sala un clima un poco tenso, que deje que Sampaoli se pueda ir por alguna rama que no estuvo explícitamente dicho en la pregunta pero que está todo bien. Y a la vez que tenga algún nivel de asertividad de manera que la respuesta genere algún título, una frase interesante. Es obvio que si le pregunto cuántos bidones de agua lleva por partido a todo el mundo le chupa un huevo. Pero si le pregunto si Messi va a jugar de enganche o de media punta, lo que responda puede ser interesante… ¿me entendés?
– Es enfermizo Octavio.
– Lau, no voy a discutir esto ahora.
– Ok, ¿y por qué no le hacés esa pregunta de Messi?
– Porque voy en la pregunta 23 Lau, a esa altura ya todos los temas importantes pasaron, Messi, Icardi, el “club de amigos”, Agüero y Di María, todos. Tengo que buscar algún tema medio lateral pero a la vez un poco importante. Que los colegas piensen “bien, nadie había preguntado eso”, ¿me entendés?
– No, pero no importa.
– ¿Cuál me queda mejor?
– Son los dos espantosos Octavio.
– Lau, no voy a discutir esto ahora. Es lo que te dije del código, de la contraseña. Estos dos buzos dan periodista deportivo experimentado y conocedor de los puteríos de los planteles. Dale decime, el buzo deportivo Puma o el pólar.
– Llevá el horripilante pólar. Es igual de horrible que el otro pero por lo menos no te vas a cagar de frío.
– Si, lo pensé. Pero el bucito deportivo Puma da muy TyC, está bueno. El polar tiene capucha que también garpa… Bueno lo decido después.
– ¿Vas a llevar esa mierda?
– Lau, esta mierda se llama “Bolsito botinero”, que es un bolso para guardar los botines como su nombre lo indica.
– ¡Pero si vos no llevás botines, la puta madre!
– Lau, no voy a discutir esto ahora. Como los periodistas deportivos tienen cierta admiración y mimetización con los futbolistas usan cosas que usan los futbolistas. Llevamos este bolsito botinero y ahí metemos el anotador, el grabador, las biromes, una botellita de agua….Lo usan el cholo Sottile, todos…
– ¿Quién?
– Nadie, nadie, dejá… es importante el bolsito, te ven con esto e, insisto, se dan cuenta de que sos parte. Lo de la contraseña que te dije…
– Dios santo
– Bueno, ¿hacés de Sampaoli?
– ¿Otra vez? Lo hicimos ayer después de cenar, no hinchés las pelotas.
– Si si, ya sé, pero muy por arriba. Ahora podemos hacer uno más real, más tipo ensayo previo.
– Basta.
– Por favor.
– Ok, última vez en la vida que hago esto.
– Gracias mi amor. Ponete ahí en la mesa. Ahí, en el medio. De este lado estamos todos los colegas. Ahora me toca a mí preguntar.
– Bien, dale
– No, pero no me mires. Tenés que estar mirando a otro lado.
– Dale, haceme la pregunta y ya.
– TENES QUE ESTAR MIRANDO A OTRO LADO.
– No me grités porque te vas a la puta que te parió, vos, Sampaoli y ese cholo no sé cuánto.
– Ok, perdón. Dale mirá para otro lado. Ahí.
– Dale.
– Jorge, acá, acá. NO, PARÁ UN POCO. ¡Tenés que hacer de cuenta que no me encontrás! Hasta que yo diga “acá a la derecha”.
– La concha de tu madre Octavio.
– Por favor. Dale.
– ¿Vos lo conocés a Sampaoli? ¿Por qué le decís Jorge?
– Porque es así Lau, se usa nombre para generar empatía instantánea.
– Dios mío. Dale.
– Jorga, acá, acá, un poco más acá a la derecha. Buenas tardes, Octavio de Mendoza.
– ¿Cómo Octavio de Mendoza?
– Dale, callate y sigamos.
– No boludo, parece que “de Mendoza” fuera tu apellido. Como el actor. ¿Por qué no decís el medio de comunicación “de la provincia de Mendoza”?
– Lau no voy a discutir esto ahora. El Zumbido es un medio muy chico, muy pedorro. Estoy ahí gracias al prensa del Chiqui Tapia me entendés. Si digo que soy del Zumbido ya genero miradas de cierta desaprobación o subestimación.
– Vos estás en pedo.
– Por favor Lau, va a estar Tuchi en la conferencia.
– ¿Quién poronga es Tuchi? ¿Otro amigote?
– No, no es amigote… ya quisiera…es el tipo que más sabe de la selección argentina, Tuchinaider.
– ¿Cómo el que más sabe de la selección argentina? ¿Lee libros de la selección? ¿Tiene un máster?
– Es el que cubre selección para TyC
– ¿Y qué mierda sabe que no sepa cualquier otra persona?
– Lau, hace 20 años cubre selección, es algo además que él se encarga de dejar en claro en todas las interacciones con otros colegas.
– ¿Hace 20 años “cubre selección” como decís vos? O sea que además es mufa.
– No digas eso Lau. Ni en joda.
– Bueno terminemos esto que ya estoy harta.
– Jorge, acá, acá, a la derecha. Acá. Buenas tardes. En primer lugar felicitarte por el nuevo cargo y desearte toda la suerte para esta nueva etapa…
– ¿POR QUÉ HABLÁS COMO UN IDIOTA? ¿Qué es eso de “felicitarte” y “desearte”? ¿No sabés usar los verbos? ¿Así te enseñaron en DeporTEA?
– Lau, es el código, dejá de joder y sigamos
– La puta madre. Dale.
– Jorge, acá, acá, a la derecha. Acá. Buenas tardes. En primer lugar felicitarte por el nuevo cargo y desearte toda la suerte para esta nueva etapa al frente de la selección. Preguntarte, qué…
– BASTA BOLUDO. BASTA.
– Dale Lau.
– NO, BASTA. Felicitarte y saludarte bueno. Ahora que antes de la pregunta digas “preguntarte” ya me parece una degradación absoluta.
– Lau.
– Lau la poronga. Dejate de joder y hablá como una persona.
– Lau… Se dice así, decimos así. ¿Otra vez te tengo que explicar lo del código, la contraseña para ser uno más? Si decís “preguntarte” generás un clima de confianza. Todos sabemos que es medio una aberración, pero es como el guiño cómplice al entrevistado y a los colegas. Lau, lo van a transmitir en directo esto. Millones de personas viéndolo. Estoy muy nervioso, hacémela fácil por favor. El “preguntarte” es medio fundamental.
– Dale pelotudo, dale. Hacé esa pregunta de mierda de una vez. No hagamos todo de nuevo que estoy mirando para otro lado y trato de ubicarte, arrancá directamente.
– Ok. Jorge, acá, acá, a la derecha. Acá. Buenas tardes, Octavio de Mendoza. En primer lugar felicitarte por el nuevo cargo y desearte toda la suerte para esta nueva etapa al frente de la selección. Preguntarte, qué pensás de lo que estuvieron diciendo por estos días los medios españoles, nuestros colegas de Marca por ejemplo, de tu salida del Sevilla. Está claro que quizá los colegas ibéricos no entiendan la implicancia a nivel emocional y la chapa que te da dirigir una selección que está entre las tres mejores del mundo, pero aún así han públicado algunas críticas absolutamente injustas y malintencionadas, pero que estamos seguro que no van a hacer mella en tu ánimo ni en el de la plantilla…
– ¿Plantilla?
– Callate.
– Ok.
– Que no van a hacer mella en tu ánimo ni en el de la plantilla y que seguramente a medida que el equipo vaya teniendo rodaje y a fuerza de buenos resultados van a quedar atrás, quería saber qué pensás un poco de eso, y qué mensaje tenés para los hinchas en referencia a esto y que un tipo como vos privilegie la selección a un club de Europa, gracias.
– ¿Listo?
– Si, ¿qué te pareció?
– Me pareció la pregunta más pelotuda que escuché en mi vida. Pero estoy segura de que no lo vas a discutir ahora. Así que bueno, si te sirve de contraseña con los amigotes, con Tuchi, con el Cholo lapistola, andá y decila.
– Gracias amor.
– Por Dios.
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La conferencia de prensa de Sampaoli transcurrió con la misma intrascendencia de todas las demás. Mucho “acá, Jorge, acá”, mucho “felicitarte” a él y a Burruchaga, que también se llama Jorge y como los periodistas deportivos les dicen a todos por el nombre se produjo una simpática confusión, mucho “preguntarte”, etc. Un periodista de La Nación dijo “como sos muy musical (sic) me gustaría que definas este momento con una canción” a lo que Sampaoli respondió (todo sic lo que viene) “no puedo elegir una canción porque si elegiría una estaría dejando a otra de lado que seguro esa que dejé de lado puede ser más descriptiva que la que elegiría”.
Unos minutos pletóricos de lugares comunes e insensateces y hasta de preguntas que fueron más allá del entendimiento del entrenador, y ni hablar del entendimiento del Chiqui Tapia que estaba a su derecha y miraba todo con una fascinación hipnótica.
Tuchi, en su “pregunta”, dijo que hacía años que no veía tanta gente en una conferencia de prensa, la familia del DT, etcétera. Una pregunta bien corporativa de las que hace hinchar el pecho a los que forman parte de la orga. Y no dejó pasar la oportunidad para consignar que “Hace 20 años cubro selección”, ese latigazo a varias bandas que genera un sentimiento mezcla de admiración y resentimiento entre sus colegas y un aluvión de vergüenza ajena entre quienes lo miran de afuera.
Llegó el turno de Octavio. Se ahorró toda la felicitación y el deseo de suerte porque ya lo habían hecho todos sus colegas y le pareció reiterativo. Pudo hacer la pregunta con convicción, sin irse por las ramas, más allá de lo ensayado. Y, sobre todo, lo que lo llenó de satisfacción, lo pudo hacer sin que le temblara la voz por los nervios del momento. Sampaoli contestó con una tontería similar a las que usó para todas las preguntas anteriores.
Octavio salió contento del predio de la AFA. Pensó que sería bueno pasar a comprar comida china para cenar con Laura y agradecerle así su apoyo a este momento tan crucial. Al cruzar el portón del predio se cruzó con Tuchi, que lo saludó con un leve movimiento de cabeza hacia arriba. Al que el respondió simétricamente reprimiendo todas sus ganas de darle un abrazo.
La contraseña fue la correcta, pensó.
*Publicado originalmente en el Tumblr La Sandanga.