Julián Maradeo e Ignacio Damiani, los autores de El Tano, la biografía no autorizada de Daniel Angelici, difundieron un mapa interactivo para mostrar el poder del presidente de Boca. Los contactos van desde al juego, pasando por la justicia y culminando en los servicios de inteligencia. Por supuesto, todos los movimientos de Angelici cuentan con el aval del presidente Mauricio Macri.
Boca Juniors funciona, según los autores de la biografía no autorizada de Angelici, como una especie de “unidad básica judicial”. Cada vez que el xeneize juega de local circulan jueces y federales, que son agasajados por el presidente de Boca.
Se ha visto en los palcos VIP de la Bombonera al presidente de la corte suprema Ricardo Lorenzetti, a jueces federales como Ariel Lijo o Walter Bento y a los fiscales Gerardo Pollicita, Raúl Pleé o Carlos Stornelli que fue seguridad del club de la Ribera.
A pesar de su influencia Angelici tiene varios inconvenientes con la justicia. Se espera que el Juez Sebastián Casanello lo cite a declarar por probable delito de tráfico de influencia. La indagatoria fue un pedido del fiscal Federico Delgado quien detectó que el 4 de diciembre del 2015 salió una llamada del teléfono de Blanco -la pareja y secretario privado del juez Oyarbide- hacia el móvil de Fernando Pontoriero, empleado de Angelici en World Games S.A., y que otra llamada en dirección contraria se produjo el 12 de diciembre. En ambos casos los teléfonos se encontraban en zonas cercanas a Comodoro Py.
Por otra parte, Angelici recientemente fue denunciado por la Dirección General Impositiva (DGI) como la supuesta cabeza de una asociación ilícita para defraudar al fisco. Evasión, pago de sobornos y desvío de fondos son los objetivos de las organizaciones que se dedican a crear usinas de facturas apócrifas para mover dinero negro.
Su contador Ángel Guidoccio, habría evadido más de $ 1.500 millones entre 2015 y 2016. La estructura que habría montado Guidoccio está siendo investigada por el juez federal Luis Armella por presunta evasión tributaria agravada y asociación ilícita fiscal, en base a una denuncia de la DGI.
Para la DGI, el contador de Angelici habría montado esta estructura para evadir y mover fondos de origen ilícito sin dejar rastro de los verdaderos dueños y destinatarios de los fondos. Ahora la Justicia deberá investigar quiénes son los clientes de Guidoccio que utilizaban esas facturas falsas.