En el año 2005, en nuestra edición número 1, publicamos una nota en la que hablábamos de la gestión de Mauricio Macri como presidente de Boca. En aquel artículo aparecía repetido un nombre que hoy es noticia: el de Gustavo Arribas. El actual jefe de la AFI, sospechado de recibir coimas de la empresa Odebrecht, era escribano y amigo personal del mandamás de Boca y lo acompañó en el club desde 1997. Allí formó parte de una sociedad (HAZ) involucrada en la venta de jugadores y fue acusado de ser testaferro del presidente por el entonces dirigente xeneize Roberto Digón. Aquí dejamos el texto completo que escribió el compañero Ezequiel Fernández Moores. Como para que se saquen cualquier duda. 


vertical“Y en cuanto a la expresión de papelón que usó ese muchacho Mauricio Macri, el papelón es pedirles a los jugadores de fútbol Bermúdez y Barijho que le den dinero de las transferencias”. Rafael Bielsa fue directo al hígado. Más que al hígado, al fútbol. Macri lo había criticado horas antes pero no como presidente de Boca. Desde su rol político, Macri cuestionó la política del gobierno sobre Malvinas. Pero Bielsa prefirió la pelota. “Si el presidente me designa candidato a diputado por la Ciudad -siguió el canciller-, me va a dar un enorme placer exhibir ante toda la ciudadanía la historia no autorizada de Macri, que vengo recopilando hace varios años para que la ciudadanía sepa quién es este individuo que usa ligeramente la palabra papelón”.

César Mascetti, quien lo entrevistaba por Radio del Plata, no resistió a la tentación. Y preguntó de qué se trataba esa “biografía no autorizada”. Bielsa recordó entonces un debate de hace cinco años en el Consejo Profesional de Ciencias Económicas que definió con un nocaut en el último round. Macri había ido allí para defender su proyecto de convertir a los clubes de fútbol en Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Y aceptó la invitación creyendo que cada uno se limitaría a exponer su posición. Pero Bielsa, que además de abogado es escritor y notable orador, aprovechó su verba para cerrar su exposición con una parrafada que dejó casi mudo al sorprendido Macri y que, en sintesis, decia: que su grupo (el de Macri) se enriqueció gracias al Estado, que sus autopistas eran las más caras y de peor servicio del mundo y que ni siquiera sabía hacer negocio de algo tan sencillo como el correo. La andanada terminó en la Bombonera: “Usted -le dijo Bielsa a Macri- ha convertido a Boca en un centro de negocios privados”.

La ley de las SAD fracasó. Pero Boca, según muchos, terminó funcionando en los hechos casi como si lo fuera. La nueva embestida del canciller por Radio del Plata, mencionando supuestas irregularidades en los casos del Patrón Jorge Bermúdez y Antonio Chipi Barijho, pareció profundizar justamente sobre un tema poco difundido pero que hace cada vez más ruido en el submundo de la pelota: los negocios de Macri en el fútbol.

Cuando asumió, en noviembre del 95, el discurso de Macri fue pura austeridad. “Pensé que venía Berlusconi pero me encuentro con el Cartonero Báez”, llegó a disparar, siempre rápido, Diego Maradona, y le colgó un apodo inolvidable. Diego, que jugaba cuando quería, terminó aquel vínculo con Boca enojado para siempre con Macri. Pero el ingeniero demostró su pragmatismo cuando, necesitado de resultados, volvió a contratar a Carlos Bianchi pese a que el Virrey le pidió el doble del dinero ofertado. Ahora, con el equipo otra vez en crisis, pero ya sin espacio para un Bianchi III, Macri olvidó viejas reyertas y lanzó al ruedo a Maradona. El de Diego, está claro, es un nombre ruidoso como ningún otro. Ideal para tapar los nuevos rumores que comenzaron a circular sobre cómo se realizan ciertos negocios en Boca.

Macri, en rigor, no fue exactamente un “cartonero” en sus primeros años en Boca. Gastó unos 45 millones de pesos en casi 40 jugadores y triplicó el pasivo de 22 a 62 millones de pesos. Pesos-Dólares, porque eran tiempos del uno a uno. Macri fue el primer presidente en la historia de Boca al que le fue rechazado un ejercicio. Y una auditoria de 200 páginas del estudio de Eduardo Mamad denunció un festival de comisiones e intermediarios. Uno de los datos más insólitos fue la comisión cobrada por intermediarios uruguayos para que Juan Román Riquelme pasara de Argentinos a Boca: 220.000 dólares para Milton Viera y Luis Aguerre.

El Cartonero Báez, en realidad, fue Bianchi, que ganó todo con poco. Pero si antes las pérdidas fueron del club, los beneficios del Boca más exitoso de la historia favorecieron en cambio a empresas de accionistas, balances y siglas desconocidas: Fondo de Inversión, Boca Crece, ESA, ACE, TSM. Un informe periodístico basado en documentos del propio Boca desnudó hace dos años esta cara desconocida de la gestión Macri. Pero Macri jamás quiso contestarlo e inclusive amenazó con cerrar la entrevista las veces que, fuera de micrófono, intentaron hablarle sobre ese artículo. Lo cierto es que el Boca de Macri, el Boca más exitoso de le historia, siguió en crónico déficit mensual. Y su último balance mantiene un pasivo de más de 30 millones de pesos. La venta de algún crack, está claro, sigue siendo la única posibilidad de salvación. El último fue Carlos Tevez. Pero esa es otra historia.

tevez-bocaOcurre que Tevez fue vendido de modo extraño, después de cambiar de novia y representante, y no al tradicional mercado europeo. Tevez se fue a Brasil, que jamás había pagado tanto dinero por un extranjero. Y se fue comprado por los que ya todos coinciden en denominar “la mafia rusa”. El primer gran impacto que recibió Macri por esta extraña operación partió nada menos que de Clarín.

El grupo era hasta hace menos de un año su socio en Boca Crece, la empresa de marketing creada por Macri. El ex socio recibió ahora una carta documento de Boca tras el informe del periodista Daniel Santoro sobre la venta de Tevez al Grupo MSI, acusado de lavado de dinero en Brasil y de vínculos ya evidentes con millonarios empresarios que están prófugos de Rusia. El propio Boca se encargó de difundir la noticia sobre la carta documento que envió a Clarín y a Santoro. Fue casi un aviso para el resto de la prensa.

El artículo que Clarín publicó el domingo 20 de marzo advertía, entre otras cosas, sobre cómo diferían en las cifras los tres actores del contrato (Boca 16 millones de dólares, MSI 22,6 millones y Corinthians 17 millones). Los actores aclararon que otros 2 millones de dólares de la cuenta final se pagarán a través de un “convenio de intercambio de juveniles”.

Aquí un paréntesis: ¿Habrá investigado ya la DGI cuándo, cómo y dónde se concreta ese “intercambio”? Fuentes de Boca cuentan que si se revisara la real aplicación de esas figuras ya utilizadas en otras numerosas transferencias (intercambio de juvenies, partidos a futuro, etc), el club podría llegar a sufrir algunos problemas impositivos.

Lo que menos le gustó a Boca fue que Clarín publicara una fotocopia del contrato que desnudaba que había cobrado 16 millones de dólares por Tevez en una cuenta en el JP Morgan Chase de Nueva York. Una cuenta que ni siquiera está a nombre del club, sino de una empresa inversionista del Royal Bank of Canadá. El pase de Tevez, se sabe, fue una negociación entre equipos de Argentina y Brasil. Pero sus dineros llegaron desde un paraíso fiscal y se depositaron en Nueva York. Y sus actores, tanto en el pago como también en el cobro, no fueron clubes sino firmas inversoras. Todo olió tan raro que el Banco Central de Argentina decidió tras el pase de Tevez que, de ahora en más, los clubes de fútbol deberán liquidar en el país los millonarios ingresos por venta de jugadores, justamente para impedir evasión de impuestos o maniobras ilegales con divisas.

gustavo-arribasEn aquella investigación de Clarín, Macri, casi como si él no los conociera, dijo que los intermediarios argentinos que actuaron en la operación, Gustavo Arribas y Fernando Hidalgo, “vinieron con un agente inglés representando a MSI y Corinthians”. Arribas, se sabe, es en realidad un viejo conocido de Macri, su escribano y, además, compañero de equipo en la quinta familiar. Hidalgo, a su vez, profundizó sus vinculos con las operaciones de Boca desde su conflictiva ruptura con Gustavo Mascardi, el ex hombre llave de cualquier venta a Italia, donde algunas de sus operaciones están hoy bajo investigación judicial. Especialmente tras las quiebras de Cirio y de Parmalat, los holdings que bancaban a Lazio y Parma, clubes a los que Mascardi vendió infinidad de jugadores.

Roberto Digón, quien fue vicepresidente de Macri durante ocho años, no sabe de sutilezas: “Arribas e Hidalgo -afirma- son testaferros de Macri”. En realidad, lo viene diciendo desde hace unos meses, pero Macri no le envió aún a él una carta documento como las que sí mandó para Clarín y Santoro. Tampoco se la envió al Patrón Bermúdez, que desde su Armenia natal acusó a Macri de haber exigido 2 millones de dólares extras, arruinándole así una transferencia al Barcelona de España. “Es un mentiroso que, además de tener todo el dinero del mundo, quiere quedarse con el dinero de los jugadores”, disparó Bermúdez, crítico con la dirigencia de Boca: “En cada transferencia -atacó el colombiano- querían llevarse una moneda al bolsillo”. ¿Y por qué no lo dijo antes?, fue la única respuesta de Boca. Justamente el canciller Bielsa, en su entrevista en Del Plata, tomó la denuncia de Bermúdez y dijo que Macri no podía responderle esta vez con sus habituales argumentos defensivos: “Jamás podría decirse que el Patrón tiene intenciones políticas para gobernar en la Ciudad de Buenos Aires”, ironizó Bielsa.

El que sigue ahora es Digón: “Al principio, Mauricio estaba extasiado con Mascardi, iba a Europa con él, hizo un aprendizaje. Y después dijo “para qué vamos a utilizar a Mascardi, a (Marcos) Franchi, si esto lo puedo hacer yo con amigos”. Hidalgo era la mano derecha de Mascardi y se quedó con los principales jugadores.

Ahora tiene oficinas de cerca de un millón de dólares y eso no se consigue de la noche a la mañana. Arribas vino en el 97 a Boca como amigo personal del presidente, siempre se movió con él, era un simple escribano y ahora es un hombre que se ha hecho millonario en pocos años y aparece siempre en las transferencias de jugadores de Boca. Ahí muy claramente han hecho alguna sociedad que vive lucrando con Boca y otros jugadores de otros equipos”.

¿Jugadores de otros equipos? Para Digón, la supuesta sociedad Macri-Arribas-Hidalgo se bene-fició también con ventas de los jugadores de River Plate a Rusia, como los casos de Fernando Cavenaghi y Melevo Ferreira. “En el mundo del fútbol -según Digón-, se habla de que Arribas e Hidalgo tenían parte en estos jugadores, ambos son testaferros de Macri y aparecen también en estas transferencias a Rusia”.

El capítulo Rusia, dice Digón, agrega otro nombre clave: Ernesto Petrini. “Es una persona que hace rato aparece llevando jugadores a Rusia, lo presentó Macri, lo trae Macri, se mueve con Macri y tiene una gran elación con la mafia rusa que surgió tras la caída del comunismo. Unos se quedaron con petróleo, otros con arma, algunos se dedicaron a lavar dinero”. Aquella investigación de Clarín contó también que las comisiones del pase de Tevez estuvieron cargo de una tal HAZ Football World Wide Limited, con sede legal en Gibraltar. HAZ Sport Agency S.A. es a su vez una empresa argentina que tiene, como dueños a Hidalgo y Arribas, es decir H A. ¿Y la Z? Corresponde a Pinhas Zahavi, agente FIFA israelí que vive en Inglaterra. ¿El inglés mencionado por Macri en Ia transferencia de Tevez? Al dato de Clarín se le puede agregar otro no menos llamativo. ¿Sabe usted para quién compra y vende jugadores el tal Zuhavi? Para el poderoso Chelsea del magnate ruso Roman Abramovich. Se trata del hombre más rico de Rusia y también de Inglaterra, con una fortuna que Forbes acaba de estimar en 14.700 millones de dólares. Una riqueza que nació protegida por Boris Berezovski, el privatizador número uno en la Rusia de Boris Yeltsin. Tiempos de negocios, negociados, atentados y hasta asesinatos: plena expansión capitalista, pero en tiempos modernos.

Berezovski, “the Godfather of the Kremlin”, como lo definió en su libro el periodista Paul Klebnikov, también asesinado, escapó de Rusia tras la asunción del nuevo presidente Vladimir Putin. Berezovski, justamente, es el nombre más mencionado por la prensa de Brasil como el verdadero dueño del MSI, el grupo gerenciador de Corinthians que pagó 20 millones de dólares por Tevez.

Pero a Berezovski no lo describe sólo la prensa. Dicen los fiscales José Reinaldo Guimaraes Carneiro y Roberto Porto, del Grupo de Actuación Especial de Combate contra el Crimen Organizado (GAECO) en la denuncia que elevaron ante los tribunales de San Pablo: Bere-zovski -expresa textual el dictamen de los fiscales- “recibió dos condenas criminales en territorio ruso, cada una de ellas de diez años de prisión, por crímenes de lavado de dinero, fraudes empresariales, remesas irregulares de dinero al exterior y participación en organizaciones criminales destinadas a la práctica de fraudes en gran escala”. Y agrega el dictamen más adelante: “Sus operaciones se concretan con la utilización de diversas ‘offshores’ que tienen como único y conocido propósito distanciar al inversor y el origen ilícito de los recursos de su destino final, en este caso, la adquisición y venta de jugadores y productos en clubes de fútbol”.

Berezovski se presenta como un perseguido político de Putin en Inglaterra, donde está exiliado desde setiembre de 2003 y donde los dineros que manejan a los clubes de fútbol tienen orígenes cada vez más exóticos: Abramovich, gran amigo y socio de Berezovski, en el Chelsea, Mohamed Al Fayed con el Fulham y ahora el magnate estadounidense Malcom Glazer nada menos que en el Manchester United. La Premier League no pregunta de dónde vienes, sino cuánto tienes. La sociedad MSI-Corinthians nació en la mansión inglesa de Berezovski. No en la de Weybridge, que incluye cancha de golf. Sino en la de Chelsea, muy cercana a la de su protegido Abramovich. Allí fueron recibidos los dirigentes de Corinthians para decidir primero el gerenciamiento del MSI y luego el pago record de 20 millones de dólares por Tevez. Pero es Digón, el que porta un nuevo dato sobre Berezovski: “En enero estuvo en la casa de los Macri en Punta del Este”, afirma el ex vice de Mauricio, que seguramente guarda muchos otros ases en la manga, después de trabajar ocho años con él.

Mascardi, HAZ, Fondo de Inversión, filial europea primero con Badajoz luego con Villarreal, rumores de vínculos con Blanquiceleste SA, jugadores de Boca que van y que vuelven (salvo Bermúdez, por supuesto) y, ahora, mafia rusa. Son demasiados cruces llamativos para el empresario que había arribado al fútbol con la promesa de adecentar a la pelota. Porque la pelota, perdón Diego, la pelota si se mancha.

macridiego