Diego Maradona se convirtió en protagonista involuntario durante el partido entre Argentina y Nigeria. Por su festejo. Por su problema de salud posterior al partido. Por las redes sociales en las que se convirtió en meme, por los audios de whatsapp que circularon, por su desmentida a través de un periodista. Recuperamos este pensamiento de Alejandro Dolina, posterior al “Que la sigan chupando” previo al Mundial de Sudáfrica 2010, cuando Diego era el técnico de la selección. Para nosotros está vigente y no tiene fecha de vencimiento.
Una oyente dice: “Estimado Dolina, ¿ya no defiende más a Maradona? ¿O acaso ya no hay ningún Sargento Cruz? Vea: usted ayudó a alimentar al monstruo que tan bien nos hace quedar ante la prensa mundial. Cordialmente. Ingrid Hammer”.
Mi respuesta es sí. Yo he resuelto -después de un extravío- bancar a Maradona en esto. ¿Sabe por qué? Por personas como usted. La indignación burguesa que sucedió al exabrupto de Maradona fue totalmente patética y asqueante. Un mundo hipócrita, el mundo de la radio, donde se escucha eso mismo que Diego dijo, bajo emoción violenta, pero libreteado (y en la televisión ni hablemos).
Ese mundo se indignó. Esos tipos se indignaron. Y esa indignación burguesa me hace poner inmediatamente en la vereda de enfrente.
Y lo que un tipo dijo, obnubilado por el momento, por la emoción, por su propia historia, y por su propia condición, después fue repetido ad nauseaum por todos los noticieros, con subrayados, subtitulados, duplicaciones, ampliaciones y circulación por Internet, por tipos que no estaban ni obnubilados, ni en estado de emoción violenta, ni perturbados por ninguna cosa, sino que lo planearon diecinueve mil veces. Esos tipos ahora se ponen en la superioridad moral de preguntarme a mí si lo defiendo a Maradona.
Bueno, sí, lo defiendo. Si es contra ustedes, lo defiendo. Lo defiendo totalmente. Y eso de “que tan bien nos hace quedar ante la prensa mundial…”. ¡Cipayos provincianos que quieren quedar bien con sus supuestos amos europeos! ¡Yo no tengo ningún interés en quedar bien ante la prensa mundial! ¡No es ésa nuestra obligación! ¿Qué tenemos que quedar bien ante nadie? ¿Ante quiénes? ¿Ante gobiernos que aniquilan a sus enemigos? ¿Ante quién tenemos que quedar bien? ¿Dónde esta la Fiscalía del Universo? ¿Dónde está la reserva moral de la Humanidad? ¿En Estados Unidos? ¿En Europa? ¡Déjeme que me muera de risa, Ingrid Hammer!
Y otra cosa: muchas veces en los medios se dicen cosas interesantes. Yo he escuchado casi revelaciones, a veces, dichas por tipos a los que yo admiro. A veces son intelectuales, como el finado Casullo o Dubati o José Pablo Feinmann, tipos que tienen un pensamiento interesante. Otras veces son artistas, o incluso locutores, del calibre de Larrea o de Carrizo.
Bueno, a ésos nunca los vi duplicados en los noticieros, con subtitulados y subrayados. No los vi porque a los noticieros no les interesa el pensamiento ni la inteligencia, les interesa la basura. Y entonces Maradona dice esto y ellos lo repiten ciento diez mil veces. Así que, ¿a qué jugamos? ¿Qué es esto? ¿Qué es esto de indignarse, de enojarse?
Lo dice un Senador de la Nación y es un piola. Lo dice Maradona y aparece todo el racismo, todo el desprecio por los pobres, aparecen los muchachos de siempre a indignarse: ¡Oh, la cultura! ¡Nuestro embajador! ¿Qué embajador? Es Diego Maradona, viejo. Los que tienen que ser cultos son ustedes, no él. Así que sí, lo defiendo a Maradona. Ante ustedes lo voy a defender siempre.
(Fragmento del programa “La venganza será terrible”, emitido por radio 10 en octubre de 2009.)