Desde que lograra su clasificación para el Mundial 78, hasta el tiro en el palo de Resenbrink en el partido final, Holanda se convirtió en un intenso dolor de huevos para la dictadura argentina. Amsterdam había sido una de las capitales europeas donde mayor respaldo recibieron las denuncias de los organismos de Derechos Humanos. Allí, el trabajo de los exiliados políticos para concientizar sobre la situación argentina había llegado incluso hasta los propios jugadores del seleccionado que, a veces, hacían declaraciones incomodas para los genocidas. En un reportaje concedido a Telam en 2011, el arquero titular en la final frente a Argentina, Jan Jongbloed, afirmó: Sabíamos que había una dictadura. Éramos gente normal, que escuchábamos la radio, veíamos laHOlanda 78 televisión y en ese momento había una protesta, una campaña en Holanda, respecto de este tema. Mi padre era comunista. Tenía y tengo una sensibilidad con todo lo que es pueblo. Sabía que pasaba algo, que no estaba bien, que no me gustaba. Jongbloed, ya en Buenos Aires asistió a la ronda de los Jueves de Madres de Plaza de Mayo. Era un secreto a voces también, la versión de que Johan Cruyff, radicalizado, había decidido renunciar al Mundial para manifestar de ese modo su posición política, aunque eso nunca pudo confirmarse. Lo cierto es que en su paranoia los militares argentinos veían una potencial amenaza en los holandeses.

Holanda integró el Grupo 4, junto a Irán, Escocia y Perú e instaló su concentración en el Gran Hotel de Potrerillos de Mendoza. Allí con su tradicional estilo distendido, los integrantes del plantel holandés atendían a la prensa casi a diario.

nota color holanda webEn su edición del 13 de Junio, El Gráfico publicó una nota de seis páginas (64/69) titulada Holanda nos abrió sus puertas. Es la clásica nota de intimidad en la que se muestra cómo viven los jugadores y se cuentan anécdotas simpáticas. Las fotos en colores y la ubicación en la grilla de la revista revelan que fue una nota de las que en la jerga periodística se llaman de primer pliego. Son las primeras que se mandan anticipadamnete al taller de impresión y ocupan las páginas centrales. En la nota, firmada por Enrique Romero y Jose Félix Suárez hay un apartado dedicado a Ruud Krol titulado ¿Qué hace el capitán? donde se cuenta que el hombre es el primero en levantarse y encerrarse en un oficina privada del hotel a preparar su envío de material para los colegas del “Het Parool”. Porque Krol agregó en este Mundial, a su conocida tendencia a la escritura, una nueva profesión: periodista. Y más adelante en otro párrafo…Krol besará las fotos de su esposa Ivonne y de la pequeña Mabelle (“en holandés quiere decir mi hermosa”). Las negritas son del original. En la misma revista pero al final, en las páginas 118/119, en blanco y negro, contradiciendo todos los criterios razonables de edición de una revista, aparece la famosa carta de Krol a su hija.carta completa web

Para una revista tan ordenada y organizada como lo fue históricamente El Gráfico, no se entiende muy bien la decisión editorial de publicar en su último pliego, sobre la hora de cierre, una arbitraria doble página que de ninguna manera podría calificarse como de actualidad o urgencia, teniendo en cuenta además, que la cobertura de Holanda ya estaba largamente resuelta en páginas precedentes y que en todo caso, podría haber formado parte de aquellas. Además, la forma elegida para presentar la carta, la puesta en página, resulta más parecida a la de una solicitada que a la de una típica nota de color de la revista: Título catástrofe sin bajada, foto testimonial de Krol lapicera en mano, reproducción de la carta manuscrita como si se tratara de un documento secreto; epígrafe de tono grave, escueto: Desde la concentración en el Gran Hotel Potrerillos de Mendoza, Ruud Krol, capitán de Holanda, le escribe a su hija a través de El GRAFICO. Insólito

familia krol webEl contenido de la carta es directamente demencial: no se entiende muy bien porque un padre escribiría a su hija ese texto lacrimógeno tratando de aclarar asuntos urticantes que difícilmente una niña que además aún no leía (tu madre te leerá esta carta) pudiera comprender. El texto hace una defensa casi propagandística de esas imágenes de tanques y soldados por todos lados, típicas de la Argentina de aquellos años de mierda (no tengas miedo, papá está bien, tiene tu muñeca y un batallón de soldaditos que lo cuida. Que lo protege y que de sus fusiles disparan flores). No se explica porque lo hace en inglés, cuando él y su mujer son holandeses. Tampoco se entiende por qué elegiría a El Gráfico para comunicarse con su hija, si unas cuantas páginas atrás nos enteramos que Krol escribía todos los días para el diario holandés Het Parool. ¿De qué manera llegaría la revista a manos de la niña en Holanda? La carta está fechada el Domingo 11 de Junio, ese día Holanda había perdido 3 a 2 contra Escocia y Rob Resenbrink de penal había marcado el gol número 1.000 en la historia de los Mundiales, hecho que mereció también una foto a doble página en la revista. Sin embargo no habla Resenbrink en el artículo, el testimonio que se buscó y se mandó a la redacción para el cierre periodístico del Domingo a la noche fue la carta de Krol. Suena estrafalario pensar que en el poco tiempo transcurrido entre el final del partido que jugó esa tarde en Mendoza y el cierre de la revista, Krol haya tenido tiempo y ganas de escribir la carta, contactar al periodista, fotografiar la carta, y mandar el rollo por avión a Buenos Aires para que llegue al taller de impresión esa misma noche, ya que de otra manera no habría podido estar en la edición que apareció en los kioscos el 13 de Junio. Nadie firma el artículo, en esa época era regla en la revista dar crédito, al menos, al productor.

krol figu webMuchos años después, en una entrevista a Ruud Krol publicada en el diario El País de España en 2010, el que fuera capitán holandés en la final del Mundial 78 frente a Argentina, declaró: el clima político de aquella Argentina era terrorífico. No podías salir a la calle ni ir de compras. La policía acompañaba con metralletas al autobús, la gente nos gritaba… Si hubiésemos ganado, teníamos previsto evitar que Videla nos diera la Copa.

Está claro que el pobre Krol, fue víctima de una más de las tantas operaciónes de propaganda que la dictadura genocida pergeñaba en complicidad con las empresas periodísticas en los años oscuros.

Versión 2014. El mail de Krul.