-¿Estás de acuerdo con que sos más seleccionador que director técnico?
-Sí. Completamente de acuerdo. En la Selección argentina es así.
-¿También sos una especie de político?
(Piensa.) -¿Por qué lo decís?
-Por los egos de todos. Porque es necesario quedar bien con todos. Jugadores, dirigentes, periodistas…
-No me parece. Los egos están en todos lados.
-Sí, pero a más estrellas y a más presión, más egos.
-Todo en su justa medida. En la selección de Bolivia también hay estrellas. Y los egos están. Nosotros, en mayor o menor medida, en un club también gestionamos egos. Convivimos con eso. Y tratamos de manejarlo. Pero eso no quiere decir que trate de quedar bien con todos. Eso no es así.
-¿Ni un poquito hipócrita tenés que ser?
No. Yo, particularmente, no. Pero esto es materia de creerme o no. No tengo más que mi palabra para sostenerlo.
-Pensamos que hay tres equipos de Martino muy característicos. La selección de Paraguay, Newell´s y Barcelona…
(Interrumpe.) -Paraguay tiene dos partes. Hasta el Mundial incluido y el post Mundial.
-Bueno, digamos la segunda parte de Paraguay. Un equipo más controlado, a la retranca, más inteligente que ofensivo para definirlo de alguna manera…
-Ese que definís era un Paraguay no buscado, armado de acuerdo a las posibilidades de ese momento.
-Después está Newell’s, armado de acuerdo a lo que pensamos que tiene más que ver con tu gusto…
-Sí…
-Y es la idea de juego que esperamos que en la Selección tenga continuidad…
(Martino asiente en silencio.)
-Y después está Barcelona…
(Interrumpe otra vez.) -No, ahí no hay nada. Si ustedes sostienen que hay tres partes, los corrijo: no hay parte tres, hay dos. En Barcelona no se vio nada de lo que yo estaba en condiciones de aportar.
-Con tus gestos y silencios nos dejás más o menos claro que Newell’s es tu norte…
-Vamos por partes. Mi orgullo fue la selección de Paraguay. Si yo pienso de dónde vengo y cómo es mi carrera, hay dos lugares para el periodismo perfectamente identificables: Paraguay y Newell’s. Y con esto quiero decir que muchos ven al Barcelona y al Real Madrid pero pocos ven, por citar un ejemplo, al Genoa. Yo sostengo que más allá de que para ustedes no haya tenido importancia, Instituto y Libertad fueros dos equipos que dirigí perfectamente reconocibles. Con Libertad jugamos la semifinal de Libertadores y eliminamos a River en cuartos de final. Era un equipo con mucha identidad. Pero repito: mi orgullo es la selección de Paraguay. Porque es muy difícil lograr la comunión cuerpo técnico-jugadores que se logró en ese momento. Y en cuanto a lo estrictamente futbolístico está claro que mi segundo gran momento como entrenador es Newell’s.
Mi orgullo es la selección de Paraguay. Porque es muy difícil lograr la comunión cuerpo técnico-jugadores que se logró en ese momento.
-Nosotros no estamos criados de la manera en que definís a los periodistas. No vamos sólo con Boca o River. Si Newell’s no hubiera jugado como jugó, era un campeón cualquiera. Nosotros no nos dejamos guiar por los resultados. Paraguay fue subcampeón de la Copa América y…
(Interrumpe por tercera vez) -Esto no es pensar sólo en los resultados. Y con lo que dije no quiero hablar mal de los periodistas. Si yo fuera periodista de Buenos Aires, es lógico que mi deseo sea sólo analizar a River. No me importaría demasiado lo que pudiera pasar con Newell’s.
-No es así.
-Sí, es así. Si Newell’s no hubiera jugado como lo hizo no lo hubieran analizado.
-En eso tenés razón. Si un equipo la tira de punta para arriba, ¿qué podemos analizar?
-¿Acaso Boca y River salen campeones jugando siempre bien? Pero a mal jugado y mal jugado, como es lógico, se quedan analizando a Boca y River y no a otros equipos.
-No es nuestro caso.
-Yo sé el perfil de ustedes. Yo hablo en general. Pero admitan que el tratamiento que se le da a uno y otro es diferente. El Talleres de los 70 tuvo que llegar a un nivel de excelencia para que se hablara de ellos.
-Nosotros hemos criticado a Racing pese a que salió campeón…
-Este es un tema muy lindo para hablar sin grabador… Sería mucho más interesante hablar en privado.
-Antes usaste una frase casetera para definir a Paraguay. Esa que hablaba de la comunión entre cuerpo técnico y jugadores. ¿Es más fácil lograrlo con Paraguay que con Argentina?
-A ver. Si ganás es porque las cosas están bien. Y Paraguay no ganó. Yo no firmaba llegar a cuartos de final en el Mundial como muchos creen.
-¿Y qué esperabas? ¿Estar entre los cuatro mejores?
-No nos olvidemos de que en enero del 2010 le pegaron un tiro al Messi mío (Salvador Cabañas) y nadie dijo nada. En otro lugar, con más trascendencia, cualquiera lo hubiera tomado como un problema para el equipo.
-No dejemos pasar algo. ¿No firmabas llegar a los cuartos de final con Paraguay antes del Mundial? ¿Esperabas más?
-¿Y por qué no? Si los futbolistas míos llegaron bien al Mundial. Y por ahí los de otros equipos no estaban tan bien.
-Eso que decís les pasó a Bielsa y a Sabella. ¿Qué harías cuando tenés un grupo armado y algunos jugadores no te llegan bien al Mundial?
-¿Qué haría en cuanto a convocarlo o a ponerlo?
-Las dos cosas.
-A veces el jugador es tan importante para el resto que arriesgás porque pensás que si se recupera resuelve cosas. Ya en la competencia es muy importante tener un equipo. Cuando lo tenés tal vez podés prescindir de la mejor expresión futbolística de Messi, Agüero, Higuaín, Di María o Tevez. Si tenés un equipo, podés ganar igual.
En la competencia es muy importante tener un equipo. Cuando lo tenés tal vez podés prescindir de la mejor expresión futbolística de Messi, Agüero, Higuaín, Di María o Tevez. Si tenés un equipo, podés ganar igual.
-¿Se puede tener un equipo en la Selección con tan poco tiempo y jugadores que llegan de todas partes?
-Sí, claro que sí. Hay que trabajar y convencer a los futbolistas.
-¿No preferirías tener jugadores menos cracks o con menos jerarquía?
-Esa es una buena pregunta. Para mucha gente es una buena pregunta. Porque así nosotros, los entrenadores, tendríamos más trascendencia.
-Exacto. Pero eso tiene que ver con el ego del entrenador.
-La Argentina de Bielsa era un equipo de estrellas que jugaba muy bien al fútbol. Marcelo había armado un equipo. Después, en el Mundial, pasó un hecho muy puntual. Pero durante cuatro años era un equipo que jugaba fenómeno.
-Las estrellas de Bielsa no eran las estrellas de ahora…
-¿No? Verón, Crespo, Batistuta…
-No. Son más estrellas las de hoy que aquellas. Mediáticamente…
-Bueno, mediáticamente porque aquellos con ustedes no hablaban.
-Para lo que nos van a decir los jugadores muchas veces es preferible no hablar.
-¿En qué estábamos?
-En la jerarquía de los jugadores…
-Si tengo buenos jugadores, mejor. Seguramente tendré un mejor equipo.
-¿No se cagan un poco en lo que les decís estos jugadores-estrellas? Vos les vas a dar un montón de herramientas para que resuelvan cosas colectivamente y ellos tienen tanta calidad que, en vez de tirar una pared para desbordar al cuatro, dicen yo lo encaro y tiro un centro…
-Esa es una decisión del momento. No es cagarse en lo que te dice el entrenador. Yo no le digo al jugador que tire una pared o que desborde. Yo le aporto cuestiones tácticas. Las decisiones adentro de la cancha las toma el jugador.
-De acuerdo. Pero, generalmente, estos jugadores terminan resolviendo individualmente lo que se podría resolver colectivamente.
-Yo creo que se necesita de todo. Si vos me preguntás si prefiero que el equipo resuelva a nivel individual, te digo que no. Pero no porque me disguste o porque mi trabajo pase a un segundo plano. Sino porque me da la sensación de que es mejor tener una respuesta de conjunto cuando las individualidades no juegan bien. Y si tengo las dos opciones, mejor. Si el jugador resuelve de acuerdo a su criterio y a mí me quita preponderancia, ningún problema. Si el equipo juega bien y nosotros ganamos, lo demás es secundario.
-Si juega bien y gana, es todo.
-Vamos a imaginarnos que la Selección Nacional gana la Copa América. ¿Vos creés que la imagen del entrenador puede estar por encima de la de los futbolistas? De ninguna manera. Yo no tengo ninguna expectativa de que eso pase. Pero sí tengo la expectativa de que el equipo juegue bien.
-¿Cómo hacés para compatibilizar tus expectativas con las de la gente? Por ejemplo: Sabella en el Mundial pasó de apostar a los cuatro fantásticos a apostar a los huevos de Mascherano.
-No quisiera referirme a lo que hicieron otros técnicos. No tengo dudas de que si el equipo juega como yo quiero, a la gente le va a gustar. Lo que no quiere decir que haya excepciones. Por ejemplo, nosotros, con Newell’s, teníamos una postura: para qué vamos a tirar pelotazos en el minuto 90 si no puede cabecear ninguno nuestro en el área rival. Ahora, si voy perdiendo la final de la Copa América y en la cancha los tengo a Musacchio, Federico Fernández, a Higuaín y a algún otro grandote más y me estoy yendo a casa, capaz que tiro centros y pelotazos al área. Pero en líneas generales trataremos de jugar de la misma manera. Por el camino que estamos intentando ir. Yo creo que hubo 25 minutos con Brasil muy buenos y un rato con Portugal muy bueno. Ni cuento lo de Alemania porque ese partido no tuvo injerencia.
No tengo dudas de que si el equipo juega como yo quiero, a la gente le va a gustar.
-Con respecto a los amistosos de Croacia y Portugal. Nosotros creemos que se jugó mejor cuando se perdió que cuando se ganó.
-Sí.
-¿Es muy difícil convencer a los dirigentes y a los hinchas de que los resultados en los amistosos no importan? Por ejemplo, en el partido con Croacia, daba la sensación de que querían ganar sin jugar.
-Está claro que eso no sirve para nada, aunque no sé si el segundo tiempo lo vi como ustedes dicen. El primero sí, totalmente. Yo soy de los que piensa: “Muchachos, tratemos de que no sea un cueste lo que cueste”, pero también reconozcan que es muy difícil sin el día a día. En Newell’s machacábamos todo el día: “Vamos con la nuestra, vamos con la nuestra”; y llegó un punto que, ni quedando afuera de la Libertadores con Mineiro, tirábamos pelotazos. Era lo que sentíamos todos en ese momento. Pero en Newell’s, a nosotros, nos interesaba lo que pensábamos nosotros y nuestra gente. Claro que también queríamos el reconocimiento, porque si no ganábamos nada más hubiésemos quedado como un equipo de buenas intenciones y punto final. Pero, realmente, estábamos muy convencidos de la idea y lo entrenábamos. Nuestras prácticas eran con una parte de la cancha totalmente cedida al rival. Nosotros buscábamos encontrarle la vuelta a la vuelta que el adversario nos había encontrado a nosotros. Por eso, porque sabíamos que todos nos dejaban jugar en nuestro terreno sin apretarnos era que intentábamos obtener variantes que nos permitieran quebraqr esa resistencia.
-¿No preferirías tener jugadores menos cracks o con menos jerarquía?
-Esa es una buena pregunta. Para mucha gente es una buena pregunta. Porque así nosotros, los entrenadores, tendríamos más trascendencia.
-Exacto. Pero eso tiene que ver con el ego del entrenador.
-La Argentina de Bielsa era un equipo de estrellas que jugaba muy bien al fútbol. Marcelo había armado un equipo. Después, en el Mundial, pasó un hecho muy puntual. Pero durante cuatro años era un equipo que jugaba fenómeno.
-Las estrellas de Bielsa no eran las estrellas de ahora…
-¿No? Verón, Crespo, Batistuta…
-No. Son más estrellas las de hoy que aquellas. Mediáticamente…
-Bueno, mediáticamente porque aquellos con ustedes no hablaban.
-Para lo que nos van a decir los jugadores muchas veces es preferible no hablar.
-¿En qué estábamos?
-En la jerarquía de los jugadores…
-Si tengo buenos jugadores, mejor. Seguramente tendré un mejor equipo.
-¿No se cagan un poco en lo que les decís estos jugadores-estrellas? Vos les vas a dar un montón de herramientas para que resuelvan cosas colectivamente y ellos tienen tanta calidad que, en vez de tirar una pared para desbordar al cuatro, dicen yo lo encaro y tiro un centro…
-Esa es una decisión del momento. No es cagarse en lo que te dice el entrenador. Yo no le digo al jugador que tire una pared o que desborde. Yo le aporto cuestiones tácticas. Las decisiones adentro de la cancha las toma el jugador.
-De acuerdo. Pero, generalmente, estos jugadores terminan resolviendo individualmente lo que se podría resolver colectivamente.
-Yo creo que se necesita de todo. Si vos me preguntás si prefiero que el equipo resuelva a nivel individual, te digo que no. Pero no porque me disguste o porque mi trabajo pase a un segundo plano. Sino porque me da la sensación de que es mejor tener una respuesta de conjunto cuando las individualidades no juegan bien. Y si tengo las dos opciones, mejor. Si el jugador resuelve de acuerdo a su criterio y a mí me quita preponderancia, ningún problema. Si el equipo juega bien y nosotros ganamos, lo demás es secundario.
-Si juega bien y gana, es todo.
-Vamos a imaginarnos que la Selección Nacional gana la Copa América. ¿Vos creés que la imagen del entrenador puede estar por encima de la de los futbolistas? De ninguna manera. Yo no tengo ninguna expectativa de que eso pase. Pero sí tengo la expectativa de que el equipo juegue bien.
-¿Cómo hacés para compatibilizar tus expectativas con las de la gente? Por ejemplo: Sabella en el Mundial pasó de apostar a los cuatro fantásticos a apostar a los huevos de Mascherano.
-No quisiera referirme a lo que hicieron otros técnicos. No tengo dudas de que si el equipo juega como yo quiero, a la gente le va a gustar. Lo que no quiere decir que haya excepciones. Por ejemplo, nosotros, con Newell’s, teníamos una postura: para qué vamos a tirar pelotazos en el minuto 90 si no puede cabecear ninguno nuestro en el área rival. Ahora, si voy perdiendo la final de la Copa América y en la cancha los tengo a Musacchio, Federico Fernández, a Higuaín y a algún otro grandote más y me estoy yendo a casa, capaz que tiro centros y pelotazos al área. Pero en líneas generales trataremos de jugar de la misma manera. Por el camino que estamos intentando ir. Yo creo que hubo 25 minutos con Brasil muy buenos y un rato con Portugal muy bueno. Ni cuento lo de Alemania porque ese partido no tuvo injerencia.
No tengo dudas de que si el equipo juega como yo quiero, a la gente le va a gustar.
-Con respecto a los amistosos de Croacia y Portugal. Nosotros creemos que se jugó mejor cuando se perdió que cuando se ganó.
-Sí.
-¿Es muy difícil convencer a los dirigentes y a los hinchas de que los resultados en los amistosos no importan? Por ejemplo, en el partido con Croacia, daba la sensación de que querían ganar sin jugar.
-Está claro que eso no sirve para nada, aunque no sé si el segundo tiempo lo vi como ustedes dicen. El primero sí, totalmente. Muchachos, trataremos de que no sea un “cueste lo que cueste”, pero también reconozcan que es muy difícil sin el día a día. En Newell’s machacábamos todo el día: “Vamos con la nuestra, vamos con la nuestra”; y llegó un punto que ni quedando afuera de la Libertadores con Mineiro tirábamos pelotazos. Era lo que sentíamos todos en ese momento. Pero en Newell’s, a nosotros, nos interesaba lo que pensábamos nosotros y nuestra gente. Claro que también queríamos el reconocimiento, porque si no ganábamos nada más hubiésemos quedado como un equipo de buenas intenciones y punto final. Pero, realmente, estábamos muy convencidos de la idea y lo entrenábamos. Nuestras prácticas eran con una parte de la cancha totalmente cedida y los equipos esperándonos. Lo que buscábamos era encontrarle la vuelta a la vuelta que los rivales nos habían encontrado a nosotros. Esto es lo que tiene jugar de esta manera, tener una identidad. Los adversarios saben cómo vos vas a jugarles. Con Paraguay nosotros sabíamos a lo que iba a jugar España, pero España no sabía a qué le iba a jugar Paraguay. Pero cuando tenés un funcionamiento jugando de una manera, seguramente vas a ganar mucho más de lo que vas a perder.
-¿Creés que hoy en día es muy importante tener en el equipo a un 5 que clarifique?
-A mí me parece que sí. Es muy importante que lo hagan el 5 y los dos centrales.
-¿Se puede no llamar a Mascherano entonces?
-No, porque Mascherano… (De pronto reflexiona. Hace un silencio y encara hacia otro lugar.) ¿De qué Mascherano hablamos?
-De cualquiera, salvo el jovencito.
-¡¡No!! Porque te perdiste 5 años de Mascherano saliendo con precisión en el Barcelona.
-Jugando de central.
-Y si el 5 mío juega de central. Tiene salida de central.
-Mascherano lleva la pelota más de la cuenta, cambia de frente cuando no tiene que hacerlo…
-Es discutible…
-Por ejemplo, Modric es otro estilo de 5.
-¿Modric? ¿Modric juega de 5?
-¿Cómo que no? ¿Dónde juega?
-¿Vos decís que Modric juega de 5?
-Sí, en Croacia, ¿dónde jugó?
-¿En Croacia dónde jugó?
-Adelante de la defensa. Se repartía con Rakitic.
-¿Y eso para vos es jugar de 5? ¿Repartirse es jugar de 5?
-Argentina también se reparte.
-No. Nosotros no.
-Hemos visto partidos en los que Mascherano y Biglia se repartían.
-No. Mascherano se mete adentro y Biglia es 5, No es lo mismo que repartirse. Yo te iba a preguntar dónde jugaba Villalba pero vos seguramente no lo debés haber visto.
-¿El Villalba de Newell’s? Hacía un poco eso.
-¿Pero dónde jugaba?
-Hacía un poco lo de Mascherano. Con Bernardi más adelante.
-Bueno, como Biglia y Mascherano. Es lo mismo.
-Como fuere, yo no lo pondría.
-Bueno, ése un tema tuyo. Y como yo no te estoy haciendo una nota a vos sino que vos me la estás haciendo a mí…
-Cambiamos la pregunta para salir de Mascherano. ¿Es difícil dejar afuera a estrellas consagradas?
-Difícil no es. Vos tenés una postura. Pero supongo que no pensás que sabés más que éste, éste y éste. Pensá algo. Desde Bielsa para acá, a Mascherano lo llamaron todos y parece ser que la única verdad la tenés vos… ¿Entonces nosotros somos todos unos inútiles?
-Salgamos de este berenjenal. Un jugador del fútbol argentino, Mercier antes del Mundial por citar ejemplo. En San Lorenzo hace un trabajo brillante, cortando, distribuyendo…. Un jugador que se destaca en el fútbol argentino, ¿está a la altura del fútbol internacional? ¿Vos podrías llevar a un Mundial al hipotético Mercier del futuro?
-A Casco lo podría haber llevado.
-¿Y por qué habitualmente se recurre, en el 90 por ciento de los casos, a jugadores que están afuera?
-Porque no tenés una organización que te ayude a demostrar lo que vos decís. A mí me gustan Funes Mori, Mancuello, Casco… Ahora, ¿cómo lo demuestro? Si de un rato para otro empezamos con final de la Sudamericana, final de la Libertadores, final del torneo local. Te lo doy ahora, no te lo doy después. Hay que tener un poco de sentido común. Lo dicen ustedes, no lo digo yo. Lo lógico en medio de esta desorganización sería que no llame. El otro día un muchacho me decía: “Tata, Funes Mori es argentino”. Sí, claro que lo sé, pero decile a quien sea que es argentino cuando lo digo yo no cuando lo dicen ellos. Los períodos de los amistosos pasaron. A mí me hubiese gustado llamarlo. Tener un central zurdo, de 1.90, con juego aéreo, que inicia de zurda, cambia de frente de derecha, hace goles en un área, rechaza en la otra… No el rechazo que hizo contra Olimpo, claro…
A mí me hubiese gustado llamar a Funes Mori. Tener un central zurdo, de 1.90, con juego aéreo, que inicia de zurda, cambia de frente de derecha, hace goles en un área, rechaza en la otra…
-Ahí hay una buena jugada para analizar. Todos se quedaron con el error de Funes Mori pero nadie dijo que cuando Maidana rechaza tenía opciones de pase. De ese pelotazo llegó el rechazo de cabeza del jugador de Olimpo y el error de Funes Mori, que venía apurado para cerrar desde la posición del tres. Se equivocó, claro, pero si Maidana hubiera hecho lo correcto, es decir dar un pase en lugar de reventarla, nunca se hubiera dado esa situación.
-Esto es lo que hablábamos antes de Newell’s. Si los centrales se abrían, se jugaba, no se tiraba pelotazo. Y si se abrieron y están marcados, se los saltea. Y ahí volvemos a Mascherano. El rechazo le tendría que haber caído a él, ya que se habría metido como central.
-¿Tenés una ventaja por haber dirigido en un Mundial a Paraguay o no tiene mucho que ver con Argentina?
-La responsabilidad es otra. Yo hablaba con los jugadores de Paraguay y le decía: “Muchachos, hay que llegar al lugar que dependa de nosotros”. Cuando estemos en ese lugar, los rivales van a estar más asustados que nosotros. Desde cuartos de final para adelante nosotros teníamos todo para ganar.
-Con Argentina es a la inversa. Y es más difícil.
-El equipo de Bielsa era candidato de punta a punta. Y todos estábamos convencidos de que iba a jugar la final. Pero también es cierto que el Mundial es en 30 días y no un proceso de cuatro años. Y en esos 30 días te pasa esto con éste, se te lesiona aquel, hay una entrada en calor y se desgarra otro…. ¿Qué hacés contra eso? Más allá de que desde el análisis y la autocrítica seguramente habrán encontrado errores. Pero si te pasan 3 ó 4 desgracias sobre el pucho…
-¿Qué vas a hacer cuando te toque dejar afuera de una competencia oficial a Higuaín, Agüero o Tevez? Porque en tu delantera juegan sí o sí Messi y Di María.
-Es un tema. Queda un lugar para tres.
-Ahora está todo bien porque es el comienzo.
-¡Siií! Ahora es todo muy lindo porque uno se quedó afuera del Mundial y el otro se lesionó… Entonces ahora todo es pum para arriba. Pero nos tenemos que preparar. Si no lo veo, no me lo puedo imaginar. Y no puedo ponerme en un lugar que todavía no viví.
-Pero estás alerta…
-¿Y cuándo no pasó? Nos pasa en el tenis que son cuatro jugadores. ¿Mirá si no va a ocurrir acá que son 23? Me pasaba a mí cuando estaba en una Selección juvenil. Y vos me dirás, ¿ego a los 20 años? Y sí, pasa. El tema es ver si lo podemos sobrellevar. Las convocatorias hay que hacerlas en función a cómo juegan hoy. Vos me hablás de lo que puede pasar dentro de tres años, cuando estamos en enero del 2018. Y ahí hay que pensarlo como lo hizo Alejandro: grupo. Lo que jode al grupo… Ahí ya no hay más espacio para cotejar, a ver cómo vivimos… Ahí tiene que ser todo cerrado y todos para adelante. Ya no hay lugar para andar solucionando problemas.
-¿El regreso de Tevez tiene que ver con tus gustos o la presión externa incidió?
-Traté de hacerlo cuando ya había terminado la presión externa.
-Con Tevez pasa que se convierte en más importante cuando no está.
-Siempre hay alguna situación así. Ya jugará alguno bien y será el nuevo Tevez.
-¿Qué jugador de otra nacionalidad te gustaría que fuera argentino? Estás mirando un partido con Pautasso y dicen “qué bien nos vendría este”…
-Te voy a decir quiénes me gustan a mí y me parece que es el gran secreto de por qué hay un equipo que anda tan bien. A mí me gustan mucho los tres centrales del Real Madrid.
-¿El tercero es Varane?
-Claro. Es el mejor de todos. Yo me acuerdo siempre de que íbamos en el avión con Da Silva y Alcaraz y les decía: “si ustedes dos juegan bien, las chances de acceder a lugares decisivos son mayores”. Puedo llegar a prescindir de jugadores decisivos adelante, porque tengo la sensación de que el gol lo puede hacer cualquiera, pero la defensa es esencial.
Puedo llegar a prescindir de jugadores decisivos adelante, porque tengo la sensación de que el gol lo puede hacer cualquiera, pero la defensa es esencial.
-¿Coincidís con lo que dijo Bielsa? Eso de que es mejor un equipo que llega mucho y convierte poco que otro que llega poco y convierte mucho.
-No me atrevería a decir que un equipo es mejor que otro. La eficacia tiene sus méritos. Si me das a elegir a mí prefiero llegar cien veces. Te doy un ejemplo que sirve para entender esto: todos los entrenadores nos volvemos locos para pensar cómo llegamos a los dos cuadrados del costado de las defensas rivales. Y resulta que llegamos como 20 veces por partido a esos cuadrados y cuando tirábamos un centro tenemos un solo jugador adentro del área.
-¿Qué condiciones cambiaron en el fútbol argentino para que vos aceptaras el cargo? Porque te fuiste al Bercelona con muchas críticas a la organización.
-No es así. Yo hablé mientras estaba adentro del fútbol argentino.
-OK. Durante tu estadía en el fútbol argentino fuiste muy crítico…
-No cambió nada. Pero a lo mejor desde adentro puedo hacer algo que tenga éxito.
-Bueno, por lo pronto ya dijeron que van a cambiar los calendarios a pedido tuyo.
-El tema es que cuando vas a las reuniones hay uno con la camiseta de Newell’s, el otro con la de Central, otro con la de Boca y otro con la de River… Y así no solucionamos nada.
-Todos se miran el ombligo.
-No solucionamos nada. Por eso el gran mérito del Flaco Menotti fue haber cambiado la mentalidad de la Selección.
-Eran épocas distintas, ¿no? Otras condiciones.
-Es cierto que hubo una evolución en otros aspectos pero tenés que tener el deseo de hacerlo. Si no terminamos preguntándonos, como ya lo hicieron ustedes, si los de acá pueden estar o no en la Selección.
-¿Cuando te despidas de la Selección qué te gustaría haber cambiado?
-La parte organizativa. Que los calendarios contemplen la necesidad de los clubes y de la Selección. Que los jugadores puedan salir campeones con Racing, con River o San Lorenzo pero que no se pierdan la oportunidad de ir a una Copa América o a un Mundial.
-¿Torneo largo o torneo corto?
-Largo.
-No es el caso del fútbol argentino ahora. Es un torneo anual, pero corto y con muchos equipos.
-Aclaro: largo, de 20 equipos y 38 fechas. Así el campeón es mucho más comprobable.
-¿Lo adaptarías al calendario europeo? ¿Es decir de julio a mayo?
-El algún momento se pensó adaptarlo para vender jugadores y para las giras internacionales de los equipos. Pero por los jugadores que se venden, no sé. Igual, cuando vienen con plata, vienen en cualquier momento y vos les ponés un moño y ellos se los llevan. ¿Pero cuántos son los jugadores que se venden como ocurrió con el chico Correa de Estudiantes? Uno. Si viene el Barcelona a buscar un jugador en junio y le decís que se lo vendés pero que se va en diciembre, ¿vos creés que el Barcelona se va a perder de comprar el jugador que quiere porque se va seis meses después? Con esto creo que respondí, ¿no?
-En Barcelona, ¿te afectó la prensa? Al menos es lo que se vio desde acá…
-¡Naaa! Barcelona fue una buena experiencia. Me sirvió para sacar buenas conclusiones para este trabajo que tengo ahora.
-¿Qué conclusiones?
-La convivencia en el día a día con las grandes figuras, la repercusión mediática…
-¿No es un mito lo de las grandes figuras entonces?
-Evidentemente no es lo mismo y tenés que aprender a convivir con las grandes figuras. Y también convivir con que lo más pequeño que pase es una noticia, aunque sea mentira. Y de eso se aprende.
-También te va a pasar en la Argentina…
-No estoy seguro de que acá se haga una noticia con una mentira. Y mirá que soy muy crítico. A mí nunca me tocó que se haga un tratamiento de un tema a partir de una mentira.
-Acá también se miente. Y mucho.
¿Acá? No como en España. Por ejemplo, ¿qué es mentira? Que yo pedí permiso no sé a quién para convocar a Tevez. OK. Es mentira. Pero es una mentira incomprobable. Yo puedo decir que no me reuní con nadie y los periodistas pueden no creerme. Ahora, si un jugador está fracturado o no es comprobable. Ya mentir con eso es demasiado.
-Después de tu recorrido en el fútbol español, ¿qué nivel tiene el fútbol local? Porque vivimos diciendo que acá se juega muy mal al fútbol.
-No puedo hacer traslados. No sabría decirte qué pasa con un equipo argentino allá y viceversa. Yo creo que si llevás a un equipo argentino allá, le va a costar. Y traés a uno español acá, también le va a costar. Cada uno tiene su idiosincrasia… Es verdad que quizás algún dribbling de allá, acá puede generar una fricción extra. Pero es muy difícil comparar. Tal vez acá hay un jugador que la rompe y va a otro lado y no toca la pelota.
-Acá se toma como una virtud que el campeonato argentino sea parejo.
-El torneo inglés es parejo y hay 6 ó 7 equipos de arriba que hacen entretenida la cosa. Y después tenés España, que no sabés si es un torneo fácil o difícil. Porque en cualquier lugar del mundo si salís segundo sos un fenómeno pero ser segundo en España es ser el peor de todos. Pero también, si salís tercero, sos el mejor de los demás. Bueno, ahora con el Atlético de Madrid, si salís cuarto. Creo que Mourinho decía que el español es el torneo más difícil de todos. Vos perdés puntos contra el Almería en la fecha 10 y te ponen “pinchazo” pero pensás que todavía faltan 28 fechas para recuperarte. Pero después el otro gana todos los partidos y no podés volver jamás a la conversación.
En España si salís segundo sos el peor de todos. Pero también, si salís tercero, sos el mejor de los demás.
-¿Te quedó bronca por no haberle encontrado nunca la vuelta al Atlético?
-Le dije al Cholo: “justo ahora que vine yo se te ocurrió empezar a romper los huevos”. Él me contó que ellos ya le tenían tomada la mano al Barcelona desde al año anterior, pero se dio justo que jugamos seis partidos y empatamos 5. Y a mí no me creían cuando después de ganar la Supercopa, a comienzos de la temporada, dije que uno de los equipos que iba a ser ruido era el Atlético. Y todos me decían: “No, ya vas a ver en enero”.
-¿Sentís que la Selección te llega en el momento justo?
-Sí, soy relativamente joven, relativamente con experiencia… Antes probablemente no la merecía y después ya no me hubiera tocado a mí.
-¿Simeone será el próximo?
-Hoy sería lo lógico.
-Bueno, tal vez dentro de cuatro años seguís vos…
-¡No! El desgaste, la responsabilidad… No me veo, aunque nunca se sabe. A veces pienso por qué un técnico que llega hasta acá no puede empezar de nuevo. ¿Qué pasaría si después de la Selección regreso a Instituto? ¿Por qué no? Acá todos deciden por vos. ¿Cómo va a ir a dirigir a tal lado?, te dicen. Y yo voy dónde quiero. ¿Qué mierda les importa lo que yo quiera hacer? Todavía las decisiones son mías.