Ahora resulta que para querer que un equipo argentino gane en un Mundial, todos aquellos que practiquen ese deporte deben ser buenas personas.
Un arquero normal como Barovero es endiosado por los hinchas de River, que hacen lo que sea para que no se vaya. Todo gracias al penal que le atajó a Gigliotti.
Diego, el Presidente y los usos de las hijas para mejorar la imagen. La vuelta de la década del noventa desde un ángulo diferente.
River-Boca se vio por Canal 13, Canal 11 y América mientras en la TV Pública se pasaba una repetición del espectáculo Cirque du Soleil. ¿Negocio para todos?
River y Boca jugaron un clásico intenso en el primer tiempo y horrible en el segundo. El local fue fiel a sí mismo, incluso en los errores. Boca, por ahora, no da pie con bola.
La mano de Barros Schelotto, al cabo de su primer partido como DT de Boca, sólo se vio en el cambio posicional de Tevez. Un mensaje de autoridad provechoso para el equipo.
Un enemigo de la cadena nacional copa la pantalla durante toda la semana, relatando fútbol y como panelista. Una permanencia digna de un comunicador indispensable.
Más allá del cambio de paradigma en el juego de San Lorenzo, el equipo va al frente sin medir las consecuencias sólo cuando el resultado se lo reclama.
En lo que se lleva jugado del torneo Transición, se vieron partidos con muchos goles y con una marcada intención ofensiva de algunos equipos. ¿Algo cambió para mejor?
¿El penal con pase ejecutado por Messi fue una canchereada? Parece más bien un modo de expandir las posibilidades de un juego que a Barcelona le plantea pocos desafíos.
Los Cinco Grandes tienen más, muchísimo más, que todos los demás. De modo que quizás haya llegado el momento de jugar aquel fútbol que nos gusta ver.