César Luis Menotti
Hay un público que paga por mirar un espectáculo. A este público no se lo puede defraudar simulando lesiones, demorando el juego, tirando la pelota afuera; es decir, jugando a no jugar. Evitando eso, el equipo logra la identificación de la gente.
Existe un estilo y hay que respetarlo. A mí me defraudan los jugadores cuando no demuestran las razones por las que el técnico los convocó. Me preocupa que no jueguen con alegría, que no respeten su vocación. No puedo perdonar a aquellos que traicionan las convicciones que planteamos el primer día. Cualquier jugador puede confirmar si es cierto que, en un entretiempo, les dije que si seguían jugando así, me iba de la cancha.
Carlos Salvador Bilardo
Es la mentira más grande que hay. No existe el juego limpio en ningún lado. En cualquier trabajo, en la televisión, en el deporte. No creo en el fair play.
Ahora, la Argentina sí debe cuidarse de que no le suspendan jugadores por acumulación de amarillas o por expulsión. Pero el técnico también debe prever esa situación en el armado del plantel.
Además, hace tiempo vengo diciendo que las suspensiones no deben incluir a la final, salvo en los casos de expulsiones por agresión. Ése es el partido en el que tienen que estar los mejores de los mejores, y por ahí vos te quedás sin una figura por culpa una amonestación tonta. En el 90, Beckenhauer creó una psicosis hablando de las amarillas de Matthäus y llegó a la final sin problemas, mientras que nosotros nos quedamos sin Caniggia.
Parte 1: La Lista
Parte 2: El cuerpo técnico
Parte 3: La preparación física
Parte 4: Táctica y estrategia
Parte 5: La convivencia
Parte 6: Los entretenimientos
Parte 7: El entorno
Parte 8: Las charlas a los jugadores
Parte 9: Los rivales
*Publicado originalmente en el número 9 de la revista Un Caño. En mayo de 2006.