La semana pasada, en la segunda entrega, los amigos de Zona Mixta analizaron la historia de Uruguay en Eliminatorias desde su estilo para discutir las críticas al juego del equipo de Tabárez.


El lector podrá disentir y decir, por ejemplo, que Uruguay “debería jugar mejor con la pelota porque tiene a Suárez y a Cavani”, dos delanteros de primer nivel, que han sido “desperdiciados por una propuesta mezquina”.

Sin embargo, debemos recordar que estos dos jugadores son los máximos goleadores históricos de la selección e hicieron toda su carrera con Tabárez como técnico (Cavani, incluso, fue el goleador de la Eliminatoria). Podríamos agregar que Forlán llegó a ser el goleador histórico de la selección con el actual entrenador, con quien, además, obtuvo el Balón de Oro en una Copa del Mundo.

No parece justo echarle la culpa al técnico cuando los delanteros no hacen goles, pero no asignarle ninguna responsabilidad cuando sí los hacen. Por otra parte, no son los delanteros los que definen un equipo ofensivo y protagonista, ni mucho menos un juego de posesión.

Los delanteros de Uruguay son superestrellas, pero sus volantes están lejos de serlo y son estos últimos los que suelen definir las características de un equipo. Recién ahora están apareciendo Valverde y Bentancur (veremos como evolucionan), pero contra Argentina jugaron juntos Nández, el Cebolla Rodríguez y el Tata González, tres jugadores del fútbol uruguayo. ¿Por qué jugaron ellos? Muy fácil, porque eran los más adecuados para afrontar ese partido. NO había otros más calificados.

En cuanto a la perspectiva histórica, sería bueno refrescar que Uruguay quedó afuera del Mundial de Estados Unidos, pese a contar con Sosa, Francescoli, Fonseca y Aguilera en el mismo plantel. Ellos conformaban la legión extranjera más goleadora de la liga italiana, que en ese entonces era la mejor del mundo.

festejo suarezAlgo bastante similar pasó en 1998 y también sería bueno recordar que Uruguay quedó afuera de Alemania 2006, contando con Forlán, Recoba, Zalayeta y Montero. ¿Aquellos equipos jugaban mejor que este? ¿Eran más ofensivos? ¿Tenían más la pelota? Nada de eso.

Cavani y Suárez jugarán su tercer mundial (en uno salieron cuartos y además ganaron una Copa América), mientras que Fonseca, O’Neill, Recoba y Montero apenas disputaron uno. ¿Será tan cierto que hemos desaprovechado a Suárez y a Cavani?

Pero hay otra pregunta interesante. ¿Qué hubiera pasado con Suárez y Cavani si en lugar de integrar esta selección, hubieran integrado otra en el pasado?

Claro que es imposible de saber, pero me inclino a pensar que muy posiblemente hubieran terminado como otros futbolistas talentosos de otras épocas: criticados, poco queridos y lejos del potencial mostrado en sus clubes.

Hay miles de ejemplos uruguayos, pero solo los invito a mirar hacia Argentina para que vean lo que ocurre con Agüero, Higuaín, Di María y…¡hasta con Messi!

Los jugadores necesitan un ámbito sano y organizado para desarrollarse y rendir en función de su real potencial. No olvidemos que Diego Forlán supo renunciar a la selección cuando dirigía Fossatti, quien en el comienzo de su ciclo NO LO PONÍA COMO TITULAR. Esta situación se dio en el año 2004, cuando Forlán ya la rompía en el Villarreal.

El propio Cachavacha dijo que su charla con Tabárez luego de un partido en Venezuela (un 2-2 por la Eliminatoria rumbo a Sudáfrica), lo ayudó mucho para convertirse en jugador-líder de la selección.

Y Cavani ha dicho en innumerables ocasiones que su experiencia en la selección, y especialmente en el Mundial de Sudáfrica, cambió su carrera para siempre. De hecho, dio un notorio salto de calidad a partir de ese momento.

Paolo Montero, capitán de Uruguay durante muchos años, declaró miles de veces que le hubiera encantado jugar en la selección actual, porque “Tabárez brindó un orden y una organización que antes no existían”.

Fonseca dijo hace poco que en el ’92 y en el ’94 tenía “el mundo a sus pies”. No sé si sería para tanto, pero la realidad es que Fonseca era un crack, una verdadera estrella en la mejor liga del mundo.

En el ’92 no jugaba en la selección porque a alguien se le ocurrió que había que poner a los de acá, en tanto que en el ’94 no pudo jugar el Mundial de ese año porque Uruguay perdió la clasificación a manos de Bolivia.

cavanisuarezSuárez y Cavani son producto de su talento y esfuerzo, claro que sí, pero su altísimo rendimiento en la selección es también consecuencia de la estructura, el orden y el liderazgo con que se encontraron.

Lo mismo podríamos decir de Godín, Muslera y Cáceres (también jugadores de elite) y de otros futbolistas complementarios (desde Maxi Pereira a Matías Vecino).

Cuando Tabárez tomó la selección en 2006, algunos jugadores no le atendieron el teléfono, sencillamente porque no querían ser convocados. Estar en la selección era un dolor de cabeza, porque en cierto punto, la selección estaba mal vista y los futbolistas no se sentían valorados, respetados ni queridos.

Hoy, se matan por venir, rechazan convocatorias de otras selecciones (caso Vecino) y quieren jugar hasta lesionados (como el demente de Suárez). Hoy, las entradas (que son mucho más costosas que antes) se agotan varios meses antes de los partidos, ya que hay un grupo grande de uruguayos que adora a su selección, fundamentalmente porque cree en ella, incluso mucho más allá de sus resultados.

La perspectiva histórica indica que Uruguay siempre tuvo excelentes jugadores, pese a lo cual nunca ha sido especialmente vistoso, ni un equipo de propuesta, ni de posesión.

Eso no ha cambiado demasiado en la última década. Lo que sí ha cambiado es que Uruguay ha logrado mejores resultados, obviamente porque ha jugado mejor que antes, aún sin ser más ofensivo ni tener mayor posesión. También ha logrado un mayor compromiso de sus componentes, una mejor imagen y el respeto unánime del mundo futbolero.

Todo esto no quiere decir que no se pueda aspirar a jugar mejor. Claro que se puede. Vienen surgiendo algunos jugadores de gran potencial, que si evolucionan y logran coincidir temporalmente con Cavani y Suárez (todavía tienen algunos años a gran nivel), podrían generar un equipo diferente.

Pero este equipo, el actual, no lo ha hecho nada mal, sino más bien todo lo contrario. ¿Tiene carencias? Miles. ¿El técnico comete errores? Obvio. Pero es un bloque que no se rinde nunca, que sabe sufrir y superar obstáculos. Es un grupo que cree y está convencido de que puede conseguir cosas. Es un plantel comprometido, intenso y sólido. Y todo eso se traslada a la cancha a la hora de ejecutar el plan y conseguir puntos.

Uruguay solo ha perdido cinco puntos en casa en la Eliminatoria, fue el segundo en saldo de goles, el segundo más goleador y el cuarto menos goleado. Es verdad que le cuesta manejar la pelota, no es demasiado creativo y no le resulta fácil ser protagonista, pero sabe disimular todo eso para cumplir sus objetivos. Esa es una gran virtud, eso también es parte del famoso JUGAR BIEN, aunque esté lejos de la definición popular.

Uruguay nunca había ganado en La Paz. Uruguay ganó en La Paz. Sin Suárez y sin Cavani. Uruguay nunca había ganado en Asunción. Uruguay ganó en Asunción. Con Suárez lejos de su potencial y ante un rival agrandado, que venía de golear de visitante y que veía ese partido como su gran oportunidad de meterse en la pelea. Uruguay nunca zafó del repechaje.Uruguay zafó esta vez para ir a Rusia.

Allí otra de las razones de su éxito y un buen motivo más para confiar.


NdE: Publicado originalmente en Zona Mixta.