Juan Carlos Lorenzo nació el 27 de octubre de 1922 y murió el 14 de noviembre de 2001. Fue una de las glorias del fútbol argentino, más como entrenador que como jugador, ya que, además de dirigir a la Selección Nacional en dos mundiales –Chile 62 e Inglaterra 66– realizó extraordinarias campañas consagrándose campeón reiteradamente -con Boca y San Lorenzo- en los torneos locales, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental.
Debutó en Nueva Chicago como volante en 1940 y luego pasó a Chacarita. En el 44 fue vendido a Boca y dos años después se fue a la Sampdoria, en donde permaneció seis años. En 1952 se fue al Nancy de Francia y posteriormente jugó en el Atlético de Madrid, Rayo Vallecano y Mallorca, club en donde debutó como entrenador al mismo tiempo que disputaba sus últimos partidos en Primera.
En dos años llevó al Mallorca de la tercera división a Primera, lo que le valió el reconocimiento internacional como entrenador, especialmente porque aparecía como uno de los discípulos dilectos de Helenio Herrera, el creador del catenaccio.
En 1961 asumió en San Lorenzo, pero enseguida abandonó el club para hacerse cargo de la Selección Nacional. Luego de Chile 62 dirigió a Lazio y Roma, con quienes ganó la serie B y la Copa de Italia, respectivamente. En el 66 fue nuevamente convocado para la Selección y estuvo al frente del equipo en el Mundial de Inglaterra. Tras el Mundial volvió a Europa y dirigió otra vez al Mallorca y a la Lazio.
En 1972 llegó a San Lorenzo y obtuvo el bicampeonato (el Metro y el Nacional) y en 1973 se fue al Atlético de Madrid, equipo con el que perdió al final de la Copa de Campeones ante el Bayer Munich.
Regresó a la Argentina en 1975 y se hizo cargo del equipo sensación del torneo (Unión de Santa Fe) y en 1976 fue contratado por Boca. Allí ganó el bicampeonato del 76 (otra vez el Metro y el Nacional), las Copas Libertadores de 1877 y 1978 y la Copa Intercontinental de 1977, venciendo al Borussia Mönchengladbach en la final.
Esos fueron sus últimos grandes sucesos, más allá de haber obtenido el ascenso con Atlanta en 1983 y de haber dirigido a equipos como Racing, Vélez, Argentinos y de regresar a Boca y a San Lorenzo. En 1987 se retiró definitivamente tras ser despedido de Boca.
Estas son algunas de las frases que dejó en el recuerdo:
“Yo fui como jugador a Europa y sufrí mucho. Me costó mucho adaptarme. Tenía mucho del jugador argentino, pero esas virtudes allá no iban. Cuando yo iba al ataque la pelota estaba de vuelta. Cuando volvía a la defensa, el balón ya iba hacia el campo contrario”.
“A todos nos gustan los fideos con tuco, pero si no hay salsa, hay que comerlos con ajo o solos, y listo. Eso es Boca.”
“En una oportunidad, jugando en Francia, me entretuve con la pelota y me atoraron, quise gambetear y me la sacaron. Fue gol de los contrarios. En el entretiempo el director técnico me dijo de todo y me aconsejó que en una circunstancia así tirara la pelota afuera, para que cuando el tipo tuviera que entrar el balón, nosotros tuviéramos un hombre más en juego”.
“¿Cómo ganarle a un equipo que tiene un gran delantero? Muy simple: cuando uno quiere que alguien no coma, lo que hay que impedir es que la comida salga de la cocina y, por eso, yo no debo mandar a marcar al mozo, tengo que preocuparme por el cocinero.”
“Poner a Maradona de wing es como comprarse una Ferrari para hacer fletes.”
“Boca es Sportivo Ganar Siempre.”
“Todos me acusan de que voy a especular siempre, que niego el ataque, que mando destruir a mis jugadores, pero el fútbol es así. Si no ganás, al día siguiente te echan.”
“Creo que soy y seré el técnico ideal para Boca.”
“Si ganás sos el rey, pero si no sos odiado por todos.”
“Le estoy agradecido a la hinchada de Boca. Sin ellos mucho de lo que logramos no hubiera sido posible.”
“Me interesan jugadores que se adapten a nuestro juego. Si no me creen miren a los europeos. Vienen y se llevan jugadores. Pero, ¿se llevan a Alonso o a Houseman? No. Quieren a Scotta o Kempes, es decir tipos que no andan con chistes y la meten seguido.”
“Nunca pensé que una hinchada exigente como la de Boca podía llegar a vitorear mi nombre y realmente le estoy profundamente agradecido.”
“Me fui de Boca porque me equivoqué. Si me quedaba, no saben cuántos se hubieran salvado”.
“A mí me trajeron a Boca para salir campeón.”
“Todavía no pensé en irme de Boca pero seguramente alguna vez ocurrirá y sinceramente lo sentiré muchísimo.”
“Estoy cansado. Ganamos todos los títulos y uno siempre quiere empezar de nuevo. Y me tengo que ir de Boca. Es difícil enfrentarlo, pero en esta profesión los sentimientos no cuentan.”
“–El tobillo izquierdo de Pernía está muy mal
–Pero maestro a mí me duele el derecho –dijo Pernía.
–Ya sé pero esto es para que se lo crea Pasarella y te golpee en el pie equivocado”
“Me gustaría irme de Boca ahora con todos los triunfos logrados para volver en otro momento tratando de remontar el camino.”
“El que aviva a un gil, mata a cuatro vivos.”
“Sería lindo que un club chico me ofreciera trabajar con un plantel reducido y ver qué se puede hacer.”
“En el Boca que tengo en mente, el que quiera chiches que vaya a una juguetería.”
“Alfredo Di Stéfano fue el primer jugador argentino de toda la cancha”
“Dentro de esta gran orquesta que es Boca me faltan algunos músicos.”
“Con los jugadores hay que usar el inflador psicologico.”
“Cuando dirigía al Mallorca, nos habíamos puesto de acuerdo con los pilotos que traían a los equipos visitantes a la isla para que los hicieran bailar antes de aterrizar. El mareo y el susto les duraba hasta el día del partido y nosotros lo aprovechábamos.”
“El fútbol no siempre es alegría. Porque cuando un equipo va todo el tiempo para adelante, se expone a que otro lo ataque y le de sorpresas desagradables.”
“El fútbol es un juego en donde el púbico va a ver si puede divertirse. A veces ocurre, cuando un equipo está en plan de víctima.”
“Un escorpiano jamás está caído. Un escorpiano lucha hasta el fin de la vida.”