Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira, más conocido por Sócrates, fue un jugador extraordinario que nació en Belém de Pará, el 19 de febrero de 1954; y murió en Sao Paulo, el 4 de diciembre de 2011; con apenas 57 años.
Su vida y, en especial todo lo relacionado con la Democracia Corinthiana, está muy bien retratado en el libro 22 Locos, que esta revista publicó por Editorial Planeta.
¿Qué era la Democracia Corithiana? Sócrates junto a sus compañeros Waldir, Casagrande y Zenón, generó un movimiento inédito en el fútbol mundial: a través de la autogestión, los miembros del club Corinthians decidían por consenso sobre todos los asuntos que los afectaban.
Lo que ocurrió por eso años (comienzos de los 80) sirvió para poner una basa importante en la democratización del deporte y, además, para concienciar a la sociedad brasileña contra la dictadura.
Fue tal el compromiso de los jugadores que, siempre por consenso, decidieron imprimir en el dorso de sus camiseta grases como “democracia” o “Día 15 vote”, en referencia a las primeras elección para gobernador en Sao Paulo.
No es menor agregar que la Democracia Corinthiana, además, coincidió con los dos títulos paulistas obtenidos por Corinthians y con el mejoramiento económico del club.
El homenaje entonces para Sócrate con un compilado de sus mejores frases:
“Antes que nada, el fútbol es una batalla psicológica, el aspecto humano tiene un papel significativo”.
“Cuando le puse a uno de mis hijos Fidel, mi madre me dijo: ‘Es un nombre un poco fuerte para un niño’. Y le respondí: ‘Madre, mira lo que me hiciste a mí’.”
“El fútbol se agota pronto, por lo que le dedico mi tiempo. Ya vendrá mi otra pasión, lo que me gusta por encima de todas las cosas”.
“El uso de alcohol no afectó mi carrera. Incluso porque nunca tuve estructura física para jugar al fútbol. (…) El fútbol se tornó una profesión para mí sólo con 24 años. (…) Era muy delgado, y no tuve posibilidades de tener una preparación física adecuada”.
“El vaso de cerveza es mi mejor psicólogo”.
“Ganar o perder, pero siempre con democracia”.
“La gente me dio el poder por ser un futbolista popular.”
“Lo mejor que el fútbol me dio fue la oportunidad de conocer a los seres humanos. Conocí a personas que sufrieron muchísimo y también conocí el otro lado de la sociedad, los que lo tienen todo. Pude ver las dos caras de la sociedad en la que vivimos”.
“Los futbolistas somos artistas y, por tanto, somos los únicos que tenemos más poder que sus jefes”.
“Mi hígado tiene algunos problemas, pero funciona bien. Buena parte de él funciona bien. Voy a parar de beber y mi hígado va a mejorar. Creo que no voy a hacerme un trasplante, creo que no lo voy a necesitar” (pocos días antes de morir).
“Muchas veces pienso si podremos algún día dirigir este entusiasmo que gastamos en el fútbol hacia algo positivo para la humanidad, pues a fin de cuentas el fútbol y la tierra tienen algo en común: ambos son una bola. Y atrás de una bola vemos niños y adultos, blancos y negros, altos y bajos, flacos o gordos. Con la misma filosofía, todos a fantasear sobre su propia vida”.
“No hay que jugar para ganar, sino para que no te olviden”.
“Para mí lo ideal sería un socialismo perfecto, donde todos los hombres tengan los mismos derechos y los mismo deberes. Una concepción del mundo sin poder”.
“¿Perdimos? Mala suerte y peor para el fútbol” (después de la derrota de Brasil en España 82).
“¿Por qué causas más conmovedoras no mueven tanto como el fútbol: como los niños en la calle, los tsunamis, la miseria extrema en el corazón de África y en algunas otras esquinas, el genocidio y muchas otras?”
“Quien bebe cotidianamente es alcohólico” (refiriéndose a él mismo).
“Quiero morir un domingo y que el Corinthians levante una copa ese día…”
“Si la gente no tiene el poder de decir las cosas, entonces yo las digo por ellos.”
“Si yo estuviera del otro lado, no del lado de la gente, no habría nadie que escuchara mis opiniones”.